Una de las hijas del médico de Colmenar relata el maltrato en «la casa de los horrores»
La menor afirma que su madre y ella recibían golpes con frecuencia. Además, ha contado otras situaciones como haber sufrido presuntos tocamientos
Esta mañana en los Juzgados de Colmenar Viejo otra de las hijas menores de edad del médico acusado de maltrato ha declarado ante el juez que su madre y ella recibían golpes con frecuencia. Añadía que en una ocasión le dislocó la clavícula y que sufrió presuntos tocamientos. Este testimonio se ha recogido de manera especial para evitar la denominada victimización secundaria, después de que la semana pasada se realizase otra prueba similar con una de sus hermanas.
Tanto el progenitor como su mujer fueron detenidos el pasado mes de marzo, acusados de maltrato a sus ocho hijos con edades entre los 4 y los 14 años, después de que una de las menores alertase en su centro de estudios acerca del miedo que sentía. El médico de urgencias del Hospital Gregorio Marañón de Madrid y su esposa se encuentran en libertad con cargos y desde el comienzo han negado los hechos.
La apertura del caso
El caso fue abierto el día de la entrega de notas en el colegio, cuando una de las hijas de 13 años advirtiera a su profesora de que tenía miedo de volver a su casa. Su padre le había dicho el día anterior que «iba a haber fiesta», lo que la menor interpretó como palizas por los tres suspensos que aparecerían en su boletín. La profesora inmediatamente informó al director del centro y sin más dilación se presentó la correspondiente denuncia en el juzgado.
Tras una inspección de la vivienda realizada el pasado 20 de marzo, la Guardia Civil acusa al matrimonio de maltratar a sus ocho hijos, a quienes obligaban a «malvivir» hacinados en una habitación. Tenían prohibida la entrada al salón y al despacho del padre, los únicos espacios que se encontraban en perfectas condiciones. El resto acumulaba kilos de basura, la cocina y el baño que tenían permitido usar eran los lugares en peores condiciones.
En esa inspección donde pudieron comprobar que los menores vivían en condiciones de insalubridad y encontraron material médico, como batas, guantes o gasas, de procedencia desconocida. Además, los vecinos alertaron de que los pequeños pasaban horas en el patio de la vivienda, castigados a estar a la intemperie.
Desea volver con su madre
Las menor ha hablado ante el juez en un espacio acondicionado para evitar la revictimización, con dos ambientes separados por un vidrio de visión unilateral. La joven ha manifestado su deseo de volver a vivir con su madre y que ésta «jamás» la ha golpeado a ella ni a sus hermanos. En cambio, ha contado que su padre sí lo hacía y que en una ocasión vio que su madre tenía un moratón en el ojo.
El caso de maltrato a los menores se une a que sobre el progenitor pesa, además, una orden de alejamiento respecto a su mujer. Sin embargo, la madre sigue negando que hubiera maltrato alguno, e incluso, solicita que se retire la orden de alejamiento.
Aislamiento y más
En este mismo espacio protegido la joven ha relatado que el padre le cerró las cuentas en las redes sociales en septiembre por haberle pillado entrando en espacios no propios para su edad. También ha contado que la impedía quedar con sus amigos porque, decía, eran «tóxicos». La menor ha narrado que a causa de los suspensos no la dejaba tampoco salir a la calle y que sus padres les restringían la comida por los problemas económicos que atravesaban.
Además, ha reconocido haber desarrollado «invenciones» para evitar broncas con su progenitor, especialmente en el ámbito sexual con los chicos de su instituto. En este sentido, ha contado que su padre las exploraba para comprobar si habían mantenido relaciones. La joven ha declarado haber sufrido presuntos tocamientos, aunque no ha dado más información al respecto.