Con Rocío Monasterio, a pie de calle: «Hay que recuperar el orgullo de sentirse español, el amor a tu patria»
El Debate acompaña a la candidata de Vox a la presidencia de la Comunidad de Madrid a San Sebastián de los Reyes, que celebra sus 531 años de historia, con caldereta, migas y muchas fotos de por medio
Pocos rincones de Madrid le quedan por visitar a Rocío Monasterio hasta la fecha. No es algo puntual de la campaña electoral para el 28-M. La candidata de Vox a la presidencia de la región asegura que es en la calle donde se conocen los problemas y las necesidades de los madrileños de primera mano. Las historias que le cuentan los vecinos son las que después lleva a la Asamblea para plantear propuestas.
Es 2 de mayo, martes, y ella y su equipo se han dado cita con El Debate después del acto institucional en la Puerta del Sol, pasadas las 14:15, después de una mañana que empezó temprano para ellos. Entre medias, declaraciones para la radio y la televisión, y saludos y fotos con los ciudadanos que se han acercado hasta el kilómetro cero de la capital. Desde allí, previo cambio de vestuario, la furgoneta parte rumbo a San Sebastián de los Reyes para asistir a las fiestas por los 531 años de historia del municipio.
A su llegada al recinto, los vecinos no tardan en reconocerla y acercarse a saludarla y piden una foto con ella. No da dos pasos sin pararse a hablar con alguien entre las casetas donde grupos de amigos y familias celebran la fiesta con música y comiendo caldereta. «¡Madre mía!», exclama una mujer con sorpresa antes de pedirle una fotografía. «Encantado de verte», expresa otro vecino acercándose a ella. «Rocío, una foto», se oye en varias de las casetas a su paso, acompañada de miembros del equipo de Vox en la localidad madrileña. La saludan efusivos incluso quienes forman parte de un nuevo partido político local, Vecinos por SanSe, que concurre a las elecciones.
Una vez en la carpa de Vox, Monasterio, con la naturalidad de una vecina más, se acerca a la mesa y comienza a servir platos de caldereta y, todos servidos, se sienta unos minutos a probar el plato estrella de la jornada, unas migas y una torrija. Junto a ella, también se encuentran el número dos de su lista para las autonómicas, José Luis Ruiz Bartolomé, y la la también diputada regional Ana Cuartero. Entre los mensajes que recibe de quienes la saludan, «solo queda Vox» señala que es uno de los más repetidos, y destaca el comentario de una mujer, que ha nacido y crecido en San Sebastián, que le ha transmitido su deseo de que «se conserve» lo que ella conoció.
Antes que política, Rocío Monasterio es madre, y de familia numerosa. Su agenda puede empezar con un desayuno informativo, continuar con visitas a distritos y a municipios y reuniones y terminar con entrevistas o algún acto o evento, corriendo de un lado a otro para llegar a todo. Sin embargo, se muestra incansable y con buen ánimo. De hecho, siempre que le preguntan cómo hace para compaginar todo explica que no es muy diferente al ritmo de trabajo que tenía cuando trabajaba como arquitecto, ni tampoco distinto al que tienen tantos españoles.
«Es verdad que es difícil tener tiempo, pero me organizo muy bien», cuenta. Siempre trata de estar cuando sus hijos llegan del colegio y escuchar lo que les ha pasado durante el día. «O Iván o yo siempre estamos ahí», asegura. ¿Su plan perfecto en los días libres? Lo tiene claro: pasear con sus hijos, su marido y su perra Quinta y comer en algún sitio todos juntos. «Los planes sencillos son los mejores».
Apasionada del dibujo, tras 20 años en ejercicio, le sigue gustando el urbanismo y la arquitectura, que no desvincula de la política
La candidata de Vox en Madrid ha dedicado dos décadas a la arquitectura antes de entrar en el mundo de la política. Lo que le llevó a elegir esa carrera fue su pasión por el dibujo, que hoy mantiene. «Me encanta la arquitectura, el componente casi político que tiene de cuidar a las personas, porque el arquitecto siempre piensa en cómo quiere mejorar el modo de vida de la gente», expresa.
¿Volvería a dedicarse a ello? «Yo creo que en política tengo para largo» -dice, entre risas-, «pero uno nunca deja de ser arquitecto». Asegura que a día de hoy le sigue encantando el urbanismo y analizar los barrios y recorre las zonas de Madrid pensando «cómo quitar los grafitis y cómo conseguir que las ciudades sean seguras» porque «sin seguridad no hay libertad». «Eso es política y es arquitectura», afirma.
Analiza también «en qué estamos fallando para hacer ciudades tan frías y sin personalidad», en las que va desapareciendo el comercio local y las calles se convierten en «lugares inhóspitos». No en vano, la campaña de Vox para el 28-M, 'Cuida lo tuyo', pone el acento en que «la patria empieza en los barrios». «Yo creo que es muy importante poder tejer de alguna manera una comunidad», explica Monasterio, y más ante la «epidemia de soledad» de mayores y de jóvenes en los pueblos y las ciudades.
Santi Abascal me ha dado una oportunidad para defender ideas y para servir a España
Rocío Monasterio estuvo en los inicios de Vox. En 2014, cuando comenzó a fraguarse el proyecto, trabaja muchas horas al día en su empresa de arquitectura. «Tenía nóminas que pagar y equipos que dirigir». Entonces, dedicaba al partido algunas horas por las tardes al salir del trabajo. «Santi Abascal me ha dado una oportunidad para defender ideas y para servir a España», recalca.
Para la líder del partido en Madrid, lo mejor que le ha aportado la política es «la oportunidad de poder llevar a la realidad preocupaciones que tenía hace muchos años», una de ellas, los efectos perjudiciales que a su juicio supone la ley trans especialmente para los menores y sus familias y que pide al Gobierno de Isabel Díaz Ayuso que derogue.
Monasterio defiende que «solo si está Vox se va a conseguir cambiar de rumbo en España» y que solo su formación «se atreve a hablar» contra las leyes de la izquierda que a su juicio ha asumido el Partido Popular. Así, asegura que cuando de ellos dependa, derogarán «todo el desastre que desde Zapatero unos y otros no han sabido reconducir», como las leyes de género o la de memoria histórica.
¿Cómo le gustaría ver a España en el futuro? Monasterio explica que le gustaría un país con seguridad en las calles, con educación sin adoctrinamiento, en el que se apoye a la familia y se defienda la vida. «Me encantaría un lugar donde recuperemos los valores, el amor a tu patria, el orgullo de la bandera, el orgullo de sentirte español, el orgullo de hacer algo por tu país, de servir a tu país y de poder estar seguro de que a tus hijos les vas a dejar una España mejor».