La bandera de España en Colón

La bandera de España en ColónEl Debate

El deterioro de la bandera de España en Colón: descolorida, transparente y a la espera de un relevo

La parte más afectada normalmente está en las antípodas del mástil porque es la que más zarandea el aire

Madrid tiene repartidas por la región miles de banderas de la nación, las dos más llamativas la de Plaza España y la de la plaza de Colón. Esta última tiene una extensión de 294 metros cuadrados y una longitud de 21 x 14; además tiene un peso de 35 kilos de peso. Esta enseña está considerada como la más grande de nuestro país. El mástil que la sostiene también es de dimensiones titánicas, 50 metros se levantan sobre la tierra madrileña para lucir con orgullo los colores nacionales.

La idea de que ondee en esta céntrica plaza fue del expresidente del Gobierno, José María Aznar, quien se lo sugirió al entonces alcalde de la villa, José María Álvarez del Manzano, en el año 2001.

Hasta ese año, en Colón también había una bandera española y era de dimensiones colosales, 24 metros cuadrados, aunque no hay punto de comparación con la bandera que ondea en estos momentos.

Su coste es un misterio que guarda a buen recaudo el Ayuntamiento de la capital. Aunque algunos expertos en la materia han subrayado que una pieza de esas dimensiones oscila entre los 1.500 y 2.000 euros.

La bandera de Colón ondea a primera hora de la mañana

La bandera de Colón ondea a primera hora de la mañana

Descolorida y casi transparente

La actual bandera se ha ido deteriorando con el paso del tiempo, sus colores intensos (rojo y amarillo) han ido perdiendo fuerza, hasta tal punto que casi se transparenta. Incluso el escudo también se muestra apagado y con poco color.

Además, en la franja inferior han salido unas líneas oscuras, muestra del desgaste por el paso del tiempo y a las condiciones meteorológicas: viento, lluvia, granizo...

La bandera de España en Colón

La bandera de España en Colón

La parte más afectada normalmente está en las antípodas del mástil porque es la que más zarandea el aire. En ocasiones se remiendan los jirones, o si los desperfectos afectan solo a los bordes se recorta un trozo de tela y se remata.

En principio todos los meses el Ayuntamiento la descuelga para hacerle un chequeo y acto seguido coloca en el mástil una de las cuatro o cinco telas rojigualdas que tiene de reserva mientras conduce a la recién bajada a su médico particular.

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