Esta es la polémica historia del monumento del 11M desmontado en Atocha cuyos restos se van a regalar a los madrileños
El 11 de marzo de 2007, tres años después del terrible atentado que sesgó la vida a 193 personas en Madrid, los Reyes Juan Carlos I y Doña Sofía presidían la inauguración del monumento a las víctimas instalado frente a la Estación de Atocha. Diecisiete años después, el Ayuntamiento de Madrid ha consumado su desmontaje y ha anunciado que repartirá los restos de las piezas de vidrio de las que estaba conformado entre víctimas y madrileños que los quieran entre los que, con toda probabilidad, no se encuentran los detractores de esta obra que llegaron a equipararla con una «salida de humos».
El proyecto de los arquitectos Esaú Acosta, Raquel Buj, Miguel Jaenicke, Mauro Gil-Fournier y Pedro Colón de Carvajal del estudio FAM (Formidable Aroma a Manzana) fue el escogido, de entre 283 proyectos presentados en un concurso internacional, por el Ayuntamiento de Madrid en noviembre de 2004, por aquel entonces dirigido por Alberto Ruiz Gallardón, para homenajear a las víctimas del 11M en Madrid.
El proyecto fue cofinanciado por el Consistorio madrileño y por el Ministerio de Fomento y consistía en una estructura cilíndrica construida con ladrillos de vidrio con una altura de 11 metros y un diámetro de 9,5 metros. En su interior se escondía una gran sala diáfana, en cuyos muros se encontraban grabados los nombres de las víctimas y mensajes de condolencia en varios idiomas que habían dejado ciudadanos anónimos en los alrededores de los lugares donde se sufrieron los atentados.
La parte exterior del monumento ha sido la más cuestionada, incluso por la Asociación 11-M Afectados del Terrorismo que llegó a reconocer que era «un poco fría», aunque matizó que esta circunstancia podía deberse más a su ubicación y a la falta de iluminación y de acondicionamiento del espacio que al diseño en sí mismo. Más duros se mostraron desde Vox en 2020 cuando equipararon el monumento a una «salida de humos» y lo calificaron de «indigno» en una petición al Ayuntamiento de Madrid que no salió adelante aunque, menos de cuatro años después, el monumento ha sido retirado.
Desde tan sólo dos años después de su inauguración la edificación sufrió grietas. Además, la bóveda original con los nombres de los fallecidos y mensajes de condolencia, elaborada con membrana ETFE (similar a la silicona en lámina) y suspendida por un mecanismo de aire comprimido que se instaló en 2013, se cayó en varias ocasiones cuando este sistema falló. Incluso tuvo que se reparado con parches. Asimismo, en 2018 el monumento tuvo un importante problema de goteras tras unas fuertes lluvias a principios de ese año.
En 2019, el Ayuntamiento de Madrid, Renfe y Adif firmaron un acuerdo de financiación de las obras de reparación del monumento después de constatar que este sufría desde hace tiempo un serio deterioro que ascendía a 350.000 euros.
Nuevo monumento
El pasado mes de octubre comenzó el desmontaje del monumento -que ya ha culminado- para continuar con la ampliación de de la línea 11 del Metro de Madrid, que va a conectar Plaza Elíptica con Conde Casal y que va a suponer que la estación de Atocha se convierta en uno de los cinco intercambiadores más transitados de la región, con unos 15 millones de pasajeros al año.
En el marco de esta remodelación, el espacio interior de homenaje a las víctimas del 11M va a multiplicarse por cinco, mientras que el Ayuntamiento de Madrid ha adelantado que no será hasta el próximo verano cuando se conozca el proyecto que sustituirá el cilindro exterior retirado, compuesto por ladrillos de vidrio pegados con un pegamento especial, y que el Consistorio va a regalar a víctimas del terrorismo y los madrileños que los quieran.
La administración dirigida por José Luis-Martínez Almeida va a elaborar este nuevo monumento en colaboración con las asociaciones de víctimas con las que mantiene una comunicación «directa y constante».
Un nuevo homenaje que llega no sin polémica, tanto por parte del Colegio de Arquitectos de Madrid, que pidió al Gobierno regional que reconsiderara el desmontaje, como por parte de la oposición en el Palacio de Cibeles, desde donde se acusa al Gobierno municipal de no tener «ningún interés en honrar la memoria de las víctimas».
Unas acusaciones por parte de Más Madrid de las que se defendía este martes en el Pleno del Ayuntamiento la delegada de Cultura, Turismo y Deporte, Marta Rivera de la Cruz. «Si hablamos de respeto a las víctimas, ¿sabe usted cómo se respeta a las víctimas? No facilitando que sus asesinos sean recibidos como héroes, no sacándolos de la cárcel antes de tiempo o no metiéndolos en listas electorales, es el mejor respeto que se puede prestar a las víctimas del terrorismo», le espetaba a la concejal Pilar Sánchez.