La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Diaz Ayuso

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz AyusoEFE

Comunidad de Madrid

Ayuso preside el 2 de mayo más fraternal donde los reproches a Sánchez se escondieron en los gestos

La celebración de los actos del 2 de mayo, Día de la Comunidad de Madrid, se tiñó de un aura de lo más emotiva y fraternal en la que los reproches al Gobierno de Pedro Sánchez, excepto algunas excepciones, se escondieron más en los gestos que en las palabras que la presidenta regional, Isabel Díaz Ayuso, pronunció para cerrar la entrega de las Grandes Cruces y que se caracterizaron por ensalzar a los premiados y al pueblo de Madrid.

Todos los ojos estaban puestos este jueves en la Real Casa de Correos en la Puerta del Sol, sede del Gobierno autonómico, donde se celebró la entrega de premios ante 650 invitados entre los que no se encontraba Félix Bolaños. Su presencia el año pasado fue la nota de la discordia que embarró todo el día, un ambiente opuesto al que ha reinado este 2 de mayo.

La buena sintonía entre la presidenta y el ministro de Política Territorial, Ángel Víctor Torres, fue palpable a lo largo de la mañana, fruto de la época del ministro como presidente de Canarias y, por tanto, homólogo de Ayuso en esa región durante la pandemia. Nada que ver con la tensión que trajo consigo Bolaños el año pasado, que se presentó en la Real Casa de Correos sin estar ni siquiera invitado.

En esta ocasión, aunque la actualidad política no es, ni mucho menos, apacible estos días tras la «reflexión» del presidente del Gobierno y su posterior señalamiento a la Justicia y la prensa, Ayuso decidió que un día festivo como el 2 de mayo no quedara emponzoñado por lo que está ocurriendo a nivel nacional.

Así, en su discurso de clausura de la entrega de premios, en un acto que fue de lo más emotivo, optó por alabar a los quince laureados y resaltar las bondades del pueblo de Madrid y dejar los reproches a Sánchez en un segundo plano, escondidos en la gestualidad del evento.

Entre esos sutiles gestos que pueden interpretarse como pullas al dirigente socialista, se enmarca el hecho de que la Comunidad de Madrid premiara a la Policía Nacional, al Guardia Civil fallecido en acto de servicio en San Agustín de Guadalix el pasado viernes, José Antonio Rosa Alcocer, y, sobre todo, a periodistas, en este caso, a Constantino Mediavilla y a Pilar García-Cernuda y Antonio Casado, como representantes del Grupo Crónica.

Además, en su discurso Ayuso subrayó la importancia del periodismo y sostuvo que «sin una opinión pública informada no es posible la democracia». Una afirmación que no es casualidad en el contexto en la que la ha pronunciado, cuando Sánchez ha emprendido una cruzada contra los medios de comunicación no afines a su posicionamiento ideológico.

La que no entendió de sutilezas en su reproche al presidente del Gobierno fue precisamente García-Cernuda que sentenció que es «profundamente doloroso que en este momento los periodistas y los jueces seamos demonizados y poco menos responsables de que desaparezca la democracia».

En esa misma línea, José Luis Martínez-Almeida también se decantó por ser directo y tachó a Sánchez de «señor bulo», poco después de que la portavoz del PSOE en el Ayuntamiento de Madrid, Reyes Maroto, arremetiera contra el alcalde de Madrid llamándole «mentiroso».

Por su parte, desde la dirección general del PSOE, a pesar de que su secretario general se ha comprometido a esa supuesta «regeneración» democrática, lejos de alinearse con la tregua política que caracterizó a las celebraciones del 2 de mayo, distribuyeron a los periodistas una serie de declaraciones atribuidas a «fuentes» de la formación en las que únicamente arremetían contra Díaz Ayuso y trataban malmeter sobre una supuesta crisis en el seno del Partido Popular por la ausencia de Alberto Núñez Feijóo en los actos.

«Los grandes nombres del Partido Popular, de la dirección nacional, los que te hacen lucir la foto de poder interno, han dejado sola a Isabel Díaz Ayuso en uno de sus días grandes por excelencia», sostuvieron. «Ayuso cada día está más sola. Su propio partido ha huido de los actos del dos de mayo como si mañana hubiese fusilamientos como los que inmortalizó Goya en su cuadro. Atrincherada entre Miguel Ángel Rodríguez y Alfonso Serrano, Ayuso espera nadie sabe muy bien a qué. Los tres deberían haber dimitido hace tiempo», agregaron, no sin antes criticar con dureza a su pareja, a su jefe de gabinete y al secretario general de su partido. El supuesto «punto y aparte» del PSOE mientras en Sol reinaba la fiesta con música en directo.

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