Las historias y milagros de la Virgen negra de Atocha, una de las más antiguas de Madrid
Es la principal advocación de las reinas de España
La Virgen negra de Atocha tiene su origen en Antioquía y en los espartales que crecían por la zona donde se situó inicialmente su culto. La tradición cuenta que fue tallada por Nicodemo con intervención de San Lucas, siendo trasladada por los discípulos de San Pedro desde Turquía hasta España. La figura muestra a la Virgen de color oscuro, sentada en un trono sin respaldo y sosteniendo al niño Jesús al que le ofrece una manzana.
Esta talla está considerada una de las más antiguas de Madrid. Los primeros datos hacen referencia a un escrito del siglo VII, en él se indicaba que San Idelfonso había rezado ante una imagen que por sus características se correspondía a la Virgen de Atocha.
Son numerosas las historias y los milagros que la rodean. Es el caso del caballero Gracián Ramírez, quien le rezaba con frecuencia en la ermita donde se encontraba, a orilla del río Manzanares.
Este alcaide madrileño del siglo XVIII entró un día a la capilla y se dio cuenta de que la imagen había desaparecido; comenzó a buscarla y la encontró en el lugar donde Ramírez quiso entonces construir una iglesia.
Al levantar el inmueble, los musulmanes que ocupaban la región pensaron que se trataba de una fortaleza e intentaron derruirla. La disputa no parecía que cayese del lado de los cristianos y su mujer y sus hijas se quitaron la vida.
Finalmente, los cristianos vencieron y Gracián Ramírez acudió a la imagen de la Virgen para llorar la muerte de su familia, y para su asombro allí encontró a su esposa y a sus hijas vivas.
La devoción de la Casa Real
Los cronistas de la villa afirmar que San Isidro iba a rezar ante la Virgen de Atocha antes de ir a trabajar. El milagro que salvó la vida del patrón madrileño se le atribuye a ella. El chico cayó a un pozo donde no le podían sacar y tras orar a la Virgen, el agua subió de nivel hasta que se pudo sacar al niño.
La Virgen de Atocha es la principal advocación de las Reinas de España, a ella le bordaron numerosos mantos y trajes. Todavía se conserva el manto de terciopelo rojo y armiño, con bordados en oro que regaló Isabel II y que luce la talla en grandes actos.
La devoción a la Virgen no solo ha formado parte de la tradición borbónica, Felipe II no dudaba de la capacidad para hacer milagros y por ello, cuando cayó enfermo pidió que le trajeran la talla y que la colocaran al lado de su cama. Su salud mejoró considerablemente y vivió 20 años más.
La visita más reciente de los monarca fue en 2006, cuando Felipe VI y la reina Letizia le dieron las gracias a la Virgen de Atocha por el nacimiento de su primogénita, la Princesa Leonor. La talla se puede visitar en la Basílica de Atocha.