Isabel Díaz Ayuso en su viaje a Corea del Sur

Isabel Díaz Ayuso en su viaje a Corea del SurComunidad de Madrid

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Así es el exitoso y exigente modelo educativo surcoreano que quiere emular Ayuso en Madrid

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, acaba de regresar de un viaje a Corea del Sur, a donde se ha trasladado en visita institucional, para, entre otras cosas, tender lazos en materia educativa y coger ideas de un modelo de éxito y reconocimiento mundial.

No en vano, uno de los acompañantes de la presidenta en su viaje ha sido el propio consejero de Educación, Ciencia y Universidad, Emilio Viciana, que en ocasiones a lo largo de la semana que ha durado el periplo, ha desplegado una agenda propia para ahondar en el modelo educativo coreano.

Un modelo que se caracteriza por su alta exigencia y competitividad y que ha convertido a Corea del Sur en líder en rendimiento educativo. Buena prueba de ello es que en el último informe PISA (informe del Programa para la Evaluación Internacional de los Estudiantes), correspondiente al año 2022, el país se situó entre los seis mejores del mundo en las tres categorías que se evalúan: Matemáticas, Ciencia y Habilidad Lectora. Mientras tanto, España, no superó el puesto 27 en ninguna de las tres categorías.

En Corea del Sur, social y culturalmente, los estudios ocupan un importante papel en la vida de los jóvenes, que pasan prácticamente la mitad de la jornada diaria estudiando. En la mentalidad surcoreana, estudiar, sacar buenas notas, resaltar por encima del resto y llegar a la Universidad se esboza como el único camino a seguir para que las personas puedan labrarse un futuro próspero.

Esa forma de concebir los estudios, con esa seriedad, consigue que 9 de cada 10 estudiantes se gradúen el año que le corresponde, aunque, según apuntan algunos estudios, también provoca cotas alta de ansiedad en los jóvenes.

Otra de las particularidad de este exitoso modelo educativo es su examen de acceso a la Universidad, un acontecimiento nacional que, tal y como sostiene EFE, tiene impacto incluso en la frecuencia del transporte público, la Bolsa de Seúl o los vuelos. El Suneung, acrónimo coreano del examen escolar de aptitud universitaria, supone la culminación de años de esfuerzo académico para el alumnado en un país tremendamente volcado con la educación.

Los estudiantes deben examinarse de ocho materias diferentes a lo largo de un periodo de nueve horas que incluye algo menos de dos horas para descansar y almorzar.

No es de extrañar, con este nivel de importancia que se le da a la educación, que el Gobierno surcoreano invierta una parte importante del presupuesto público en educación. El gasto público en educación creció 15.226,1 millones en 2021, es decir un 12,08 %, hasta 88.620,7 millones de euros, con lo que representó el 14,31 % del gasto público total.

Balance del viaje de Ayuso

Así las cosas, Ayuso no ha desaprovechado su visita a Corea del Sur para empaparse, tanto ella como su consejero del ramo, del sistema educativo surcoreano. «Hay muchos sectores con los que hemos estado reunidos y también los consejeros han tenido sus agendas paralelas, sobre todo, en materia de soluciones tecnológicas para facilitar la vida de los ciudadanos desde la Administración, desde la educación, desde la sanidad, desde las empresas madrileñas, para ayudarlas, por ejemplo, a modernizarse, a dar pasos de gigante en materia tecnológica y ser más competitivas», valoraba al final de su viaje.

Isabel Díaz Ayuso en Corea del Sur

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«Lo han hecho también desde el punto de vista universitario, educativo. Hemos tenido agendas por triplicado mientras tanto, para hacer mucho más efectivo este viaje. El estilo de trabajo en Corea gusta mucho con el de Madrid. Es gente que no le gusta perder el tiempo, que le gusta ser ejecutivo, directo, serio y eso representa mucho a la Administración y a la empresa en Madrid, a los madrileños, cómo trabajan», añadió.

«Muchas veces los llaman aquí a los coreanos los latinos de Asia. Y esto es porque, además, sí que les interesan luego unos valores de familia, de esfuerzo. Es verdad que son unos niveles de exigencia nunca vistos, nunca habíamos visto algo igual en la educación y en la empresa, pero sí que ese estilo de exigencia se asemeja bastante al que nosotros también queremos en Madrid», apostilló.

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