Presa de El Villar en Madrid

Presa de El Villar en MadridM. Angel Gómez - Canal de Isabel II

Así fue la obra clave de la presa centenaria de El Villar que guarda parte del agua que está cayendo en Madrid

Con una altura de 50 metros y una coronación de 107 metros, no solo se convirtió en la más alta de España, sino también en una de las más avanzadas de Europa

De todas las presas de Madrid, la de El Villar tuvo una gran importancia por el hito que supuso su construcción hace más de cien años. Para saber el motivo de esta obra de ingeniería hidráulica hay que retroceder a 1858, cuando las aguas del río Lozoya, almacenadas en el Pontón de la Oliva, llegaron por primera vez a Madrid para aliviar los problemas de abastecimiento que hasta entonces sufría la capital.

La construcción del Pontón de la Oliva fue decisiva en aquel momento y ha pasado a los anales de la historia de Canal de Isabel II, entidad que gestiona el agua de Madrid, pero lo cierto es que su vida útil se vio pronto apagada a causa de las filtraciones que sufría el embalse.

Fueron varios los ingenieros y obreros que fueron paliando los problemas y haciendo remiendos constructivos para minimizar las pérdidas de agua y mantener operativa la infraestructura.

A sabiendas de todas las dificultades técnicas para sellar por completo los escapes de agua, los ingenieros plantearon la necesidad de construir un nuevo embalse que hiciera olvidar las carencias del original: este nuevo embalse fue El Villar.

El ingeniero, José Morer, quien diseñó la red de distribución de agua en Madrid, fue quien capitaneó el proyecto hidráulico. Su misión consistía en conseguir el presupuesto y levantar una presa que retuviera el agua del deshielo para poder aprovecharla en verano.

Construcción de la presa de El Villar en Madrid

Construcción de la presa de El Villar en MadridCanal de Isabel II

Junto a él, trabajaría mano a mano el ingeniero que más confianza le merecía: Elzeario Boix. Juntos recorrieron el cauce del río Lozoya en busca del mejor emplazamiento para la nueva infraestructura, que situaron 22 kilómetros aguas arriba del Pontón de la Oliva.

Tras estudiar el terreno en detalle, ambos ingenieros coincidieron en su evaluación. Las laderas que flanqueaban el cauce y el fondo del mismo estaban compuestos por una roca de gran dureza, lo que aseguraba la estabilidad y la impermeabilidad necesarias para el proyecto.

El cuerpo de la presa se construyó con mampostería y hormigón de cemento de Zumaya

Bajo la dirección y supervisión de Morer, Boix diseñó una presa que, por su planteamiento, tipología y sistema constructivo, se convertiría en la obra maestra del abastecimiento de agua a Madrid en el siglo XIX.

Fascinado por las presas de planta curva, Boix decidió aplicar este diseño en El Villar. Esta curvatura resultó ser uno de los grandes aciertos que hicieron de la infraestructura una obra adelantada a su tiempo.

Para facilitar el manejo de las compuertas de toma, el ingeniero propuso un torreón central adosado a la cara de aguas arriba, un elemento distintivo que aún hoy le confiere su carácter singular.

La centenaria presa de El Villar en Madrid

La centenaria presa de El Villar en MadridCanal de Isabel II

La construcción de la presa

El proyecto fue presentado en abril de 1869 y recibió la aprobación en apenas tres meses. Una vez desviado el cauce del río y realizadas las primeras intervenciones, comenzó la cimentación en la primavera de 1870.

El cuerpo de la presa se construyó con mampostería y hormigón de cemento de Zumaya, con un acabado de sillarejo y remates en sillería.

La rápida ejecución de los trabajos permitió que la infraestructura entrara en funcionamiento de manera parcial en el verano de 1873, cuando ya comenzaba a almacenar un embalse de un hectómetro cúbico.

Imagen aérea de la presa de El Villar en Madrid

Imagen aérea de la presa de El Villar en MadridCanal de Isabel II

Las obras concluyeron por completo en 1882. Con una altura de 50 metros y una coronación de 107 metros, El Villar no solo se convirtió en la presa más alta de España, sino también en una de las más avanzadas de Europa.

Su capacidad de almacenamiento, de 22 hectómetros cúbicos, resultó fundamental para mejorar el suministro de agua en Madrid.

Desde entonces, la presa de El Villar ha resistido imperturbable el paso del tiempo. Más de un siglo después, sigue desempeñando su función y captando las aguas cristalinas que abastecen a los madrileños.

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