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19 de septiembre de 2024

Juanjo Oliva, en una imagen de archivo

Juanjo Oliva, en una imagen de archivoJuanjo Oliva, en una imagen de archivo

Moda

El diseñador Juanjo Oliva asegura que «deberíamos vestir mejor en el día a día»

Ha presentado su nueva colección tras dos años de asuencia

«Deberíamos vestir mejor en el día a día», ha dicho rotundo el diseñador Juanjo Oliva durante la presentación este miércoles de su nueva colección, tras más de dos años de ausencia, tiempo que ha invertido en construir su marca en París, donde abrió tienda propia y mantiene su cuartel de operaciones.

En este tiempo, Oliva ha vestido a la actriz Diane Kruger en una campaña publicitaria de belleza y ha consolidado su proyecto internacional con una clientela –cuenta– formada por un 40 por ciento de francesas y el 60 por cierto restante «muy internacional».

Oliva comenzó haciendo costura, y aunque no ha dejado esa vertiente su diseño ha evolucionado. «Me he tenido que ir a otro país para hacer prêt-à-porter», aunque confiesa que está muy satisfecho con el resultado.

«Ha sido una aventura, para empezar por el idioma», no esconde que ha supuesto un esfuerzo profesional, además de personal. El Club Matador ha sido el lugar elegido por el creador para dar a conocer Maison Oliva, su 'rentré' en la capital –aunque nunca se ha ido del todo–, con una presentación dentro de Madrid es Moda de su tienda 'on line', «un negocio nuevo que va en paralelo a las colecciones».

Su nueva propuesta incorpora un concepto global de moda donde hay espacio también para los complementos y el baño «un armario del que puedes sacar tu 'look' de la mañana a la noche», dice.

Con patrones que no siguen una línea rupturista, «son piezas que se pueden combinar fácilmente, con las que quiero desterrar la frase: 'pasado de moda', es mi manera de ser sostenible», subraya, eso sí, con el reto «de no hacer siempre lo mismo».

Armada a partir de diseños ligados a la marca, el diseñador presenta vestidos sueltos, con pliegues en el lugar perfecto para disimular aquello que se quiere esconder, en favorecedores fucsia, verde y el negro.

Un excepcional fondo de armario donde también aparecen faldas lápiz de cintura alta y camisas blancas, sencillas, pero con mucho volumen.

Oliva (Madrid, 1971) asegura que siempre le ha dado seguridad pensar que la reacción del público ha sido muy positiva a su costura en la que el vestido es el eje sobre el que pivota, buscando una sostenibilidad, que abraza, confeccionando prendas de calidad.

Se posiciona en contra de colecciones excesivas y presentaciones constantes, él se queda con una al año. «Hay que trabajar más en un producto bien ejecutado que siente bien. Quiero hacer ropa que tenga un concepto», remarca. Oliva admite que aunque las alfombras rojas son la parte más visible y lúdica del diseño, «eso no es la moda. A todos nos llama la atención, pero cada vez más los vestidos son imposibles, exagerados»

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