Leonor y Letizia, vestidas a la española en Oviedo
El color negro ha reinado en los atuendos de la Familia Real en Los Premios Princesa de Asturias
Hubo un tiempo en el que España marcaba tendencia mundialmente y Felipe II impuso la moda universal del color negro, que se denominaba «vestir a la española». Tal podríamos decir que ha sido el caso hoy durante la gala de entrega de los Premios Princesa de Asturias, en los que la Primera Familia ha destacado por su soberbio uso del color negro, que además es el tono de moda este año.
Doña Letizia, espectacular, ha lucido un vestido de escote asimétrico con grandes volantes en un lateral de Carolina Herrera. Con impecables pendientes - poco visibles - en diamante gris con colgante en forma de lágrima de Grisogono que ya ha utilizado antes y salones negros de tacón discreto de Magrit. Su maquillaje, oscuro y bronceado, le favorecía especialmente, al igual que su sencillo peinado liso.
Leonor, mejor que nunca, con un traje negro ceñido muy favorecedor y un top con escote de pico compañero. Su precioso recogido relajado y un maquillaje sencillo, completaban el que probablemente ha sido su look más favorecedor hasta la fecha en nuestro punto de vista.
Sofía, con un pantalón negro y cabello suelto, escogió una larga chaqueta bronce. La Reina Sofía llevó un precioso broche de perla solitaria sobre una chaqueta blanca con ribetes dorados y pedrería, acompañada de un sencillo pantalón negro. Siempre discreta, fue recibida con un sonoro aplauso en el Teatro Campoamor.
Paloma Rocasolano acudió muy apropiada y discreta, con un vestido de encaje y bordados negro de vuelo y corte midi, chaqueta negra, zapatos de tacón de ante nude y unos pendientes que Doña Letizia le presta desde hace años con brillantes y perla redonda.
En fin, excepto contadas excepciones, el Teatro Campoamor se vio poblado de siluetas negras y sencillas, con ese aire rotundo y discreto que Felipe II impusiera como moda universal y que tanto benefició a las arcas del Estado en la época, ya que España se había hecho con el palo de Campeche en el Nuevo Mundo, un árbol que al quemarse proporcionaba un color negro intenso casi imposible de conseguir en la época, y todo un signo de nobleza, rigor y riqueza.