Vete de mi parte
Can Carlos: un estallido de luces y plantas, y la amabilidad desbordante del personal
Una carta que tiene influencias y sabores de Italia y Formentera, una mezcla sorprendente que te va a encantar
Hay lugares mágicos que se convierten en inolvidables con el paso del tiempo. Ibiza es, desde hace años, la isla deseada por miles de viajeros ávidos de sol, de bullicio, de playa y de libertad. En Ibiza está permitido casi todo y el lujo ha llegado para quedarse. Los auténticos disfrutadores de Ibiza valoran estos lugares y no les importa pagar un alto precio por sentarse a vivir la noche donde se sientan los famosos de toda la vida. Si a este lujo nocturno premeditado le añadimos el encanto de Formentera, tenemos la sublimación del veraneo perfecto.
Navegar en barco desde Ibiza a Formentera es una ruta casi obligada para todos los visitantes de la isla mágica. Cada día, cientos de barcos ponen proa a Formentera, buscando aguas hermosas, calas increíbles y chiringuitos únicos en los que saborear lo más puro de la gastronomía ibicenca.
Nosotros hicimos este viaje por la noche en compañía de Carlos Gutiérrez, su hermanos Pablo y Julio, y nuestros buenos amigos Juan Carlos Montero Y Miguel Ángel Rodríguez. Fue un hermoso viaje que nació de la puesta de sol en El Beso del gran Rafa Viar en Las Salinas y nos llevó hasta una Formentera anochecida con el hermoso silencio del mar como compañía inevitable. Si durante el día este viaje es un viaje a la belleza y a la felicidad, por la noche es algo difícil de describir. Así es Formentera, santo y seña de los lugares más bellos del planeta.
La noche de Formentera se hizo grande en Can Carlos, un restaurante italiano, ubicado en el centro de la isla, que nos recibió con un estallido de luces y plantas, y la amabilidad desbordante del personal, con Francisquino, el gran jefe, a la cabeza, todos empeñados en hacernos la vida feliz. Sentarte en medio de la noche, rodeado de glamour y de atenciones, oliendo a flores y a cariño, es uno de esos lujos que no tienen precio. El restaurante es digno de figurar entre los más bellos que hemos conocido en nuestra vida, y hemos conocido muchos. Te atrapa desde el primer momento. Y si, además, la cocina está a la altura del entorno, el placer es doble.
Después de unos entrantes fantásticos a base de carpaccio de calabacines, tomate, piñones y parmiggiano reggiano, como primer plato, algunos tomamos unos raviolis del chef que estaban buenísimos, y otros se decidieron por tagiolini blanco y negro con almejas y calamares. Un comienzo de categoría.
De segundo, los que se decidieron por el dentón al carbón o la lubina salvaje acertaron de pleno, porque son dos platos de excelente sabor y originalidad en su preparación. Los carnívoros, que eran los menos, pidieron spianata a las hierbas de Formentera y todavía se siguen acordando de ese plato, uno de los grandes de la amplísima carta de Can Carlos. Es una carta que tiene influencias y sabores de Italia y Formentera, una mezcla sorprendente que te va a encantar. Vale la pena salir de Ibiza en barco camino de Formentera en medio de la noche y regresar de madrugada a la isla después de una buena cena en un lugar paradisíaco en el que, además, se come muy bien.
Por supuesto, no es barato, pero ya se sabe que en Formentera eso no importa demasiado. Tenéis que ir a Can Carlos. No os arrepentiréis. Y decidle que vais de mi parte. Gracias.
Can Carlos
Formentera (Baleares)
Tfno.. 971 32 28 74