El Chef Judicial
Anómalo, la lujosa barra canalla de Madrid
Un restaurante con técnicas culinarias innovadoras ubicado en el interior del elegante A barra
Lo ilógico y lo elegante para fusionarse sobre una barra gastronómica llena de modernidad. Una atmósfera diferente para jugar a través de los cinco sentidos, un espacio informal para combinar la buena calidad del producto con técnicas culinarias innovadoras: preparaciones sofisticadas con un toque de humor sobre la misma barra.
Lo dulce y lo salado en las manos de un equipo de cocina joven, divertido que interactúa con el comensal y le lleva a una espiral de sonrisas. Un restaurante Anómalo ubicado en el interior del elegante A Barra. Conceptos innovadores, ambiente canalla que brota sorprendentemente del corazón de un clásico para decirnos que detrás de una misteriosa puerta se esconde un espacio distinto y alocado en el que fusionar la diversión, el show y el deleite para los sentidos.
Descenderemos de una nube de parmesano con sesenta meses de maduración a guiños de piñones y albahaca para recorrer la tierra a lomos de un cerdo vintage que nos aportará bocados de queso brasileño recubiertos de una papada de jamón Joselito. Bocados ligeros y llenos de sabor que aprovechan la grasa de la papada para deleitarnos con el genuino e intenso sabor del ibérico. Mientras el comensal compone sus propias melodías haciendo que emanen notas musicales desde vegetales de la huerta, nos sorprenderemos con la originalidad de un pimiento de piquillo anómalo.
Un pase mágico que aparecerá y desaparecerá en una vitrina en la que se condensará la magia del humo para revestir y acariciar un magnífico ponche. Servido en una copa de cóctel para configurar un Whisky Sour de pimiento con toques ahumados. Combinación explosiva de sabores que con cierta graduación alcohólica elevará nuestra temperatura y nos prepara para que se multiplique el humor y las sonrisas.
Teppanyaki de parmesano y guanciale crujiente para disfrutar de la tradicional chacina italiana y sumergirnos en la innovación de la alta cocina a través de un «huevo de mo» procedente de gallinas que comen solo maíz y que se prepara pasándolo por una malla para después cocinarlo mediante una sorprendente técnica de congelación y ofrecernos un magnífico resultado con una yema de huevo singular y de estupendo sabor.
Del frío al calor que nace de un soplete para cocinar sobre la misma mesa excepcionales lomos de caballa semimarinada que nadará en Bloody Mary junto a tomates de diferentes texturas. Plato refrescante y adictivo, con toques de picante que se esconde en un tomate gigante, descubriendo al comensal una caballa de primera calidad que se ahumará de forma magistral por el divertido equipo de cocina de Anómalo.
Recipientes inverosímiles para configurar juegos de fantasía y misterio, notas cálidas a partir de un ramen de mar y tierra cuyo ingrediente principal se asemeja estéticamente al bogavante pero sorprenderá al comensal al descubrir en su sabor un genuino choco.
El mar continúa abriéndose paso en nuestra barra con la suavidad de una magnífica sepia sobre la que se extenderá , recubriéndola, un manto aterciopelado de pil pil, brindando un pase paradigma de suavidad que transmite la intensidad del sabor marino y notas de paz y tranquilidad. Tiempo para el marisco con una esencia de bogavante gallego y ñoquis glutinosos, preludio de un espectacular pincho de bogavante acariciado por la magia de las brasas a la vista del comensal y que eleva su excepcional sabor con notas de yuzu y delicioso juego especiado.
Maridando este festival gastronómico con aires desenfadados optaremos por un clásico que resulta infalible. Uno de los emblemas de Rioja Alta, un tinto colosal, Viña Ardanza, reserva de 2015. Colores granates y elegantes, en nariz destacando por su potencia y complejidad aromática con especiados y balsámicos de regaliz dulce, matices de cacao, nuez moscada, vainilla y canela y sutiles notas de frutas rojas compotadas. En boca sobresaliente equilibrio con estructura, agradable frescura y retro gusto con reminiscencias de regaliz y fruta madura. Vino superlativo, digno maridaje de un menú degustación, lleno de diversión y magnífica calidad.
Últimas gotas de salinidad con una lubina del cantábrico aderezada con la originalidad de un matrimonio de azafrán y café. Caminando por la arena, dejaremos atrás la humedad y alcanzaremos otro de los pases emblemas de Anómalo. Sabroso e imperial Yakiniku de lomo de baja madurado, con emulsión de su grasa y chile Chipotle. Bocado de sensacional calidad que culmina el recorrido salado que Anómalo nos ofrece entre notas de diversión y dinamismo antes de abrir los tiempos de dulzura.
Azúcares que llegan con notas de vanguardia a través de la insólita Kombucha de cítricos helada con fresas encurtidas y albahaca, mostrándonos la pura esencia de la naturaleza y los toques frutales más intensos. Refrescante entrante dulce para culminar en un Cixi Quing postre dulce elaborado con espinacas, sésamo negro y «sudachi» cítrico japonés de marcada acidez, plato que resume la esencia de Anómalo: ingredientes inverosímiles y técnicas vanguardistas para recubrir con guiños de humor y felicidad un magnífico producto.