Vete de mi parte
Chifa comedor, oasis cantonés y peruano en Madrid
La capital es un lujo para quienes tratamos de encontrar esos lugares de posible culto para incluirlos en nuestra lista de prioridades gastronómicas
El verano es un buen momento para probar cosas nuevas, conocer restaurantes curiosos, descubrir viejos y nuevos sabores y experimentar, que siempre viene bien. Madrid es un lujo para quienes tratamos de encontrar esos lugares de posible culto para incluirlos en nuestra lista de prioridades gastronómicas.
Pertenezco, como ya sabéis por anteriores comentarios, a un grupo de amigos llamado Los cabritos, que nos dedicamos precisamente a eso, a descubrir lugares nuevos y a visitar otra vez los más conocidos. Por indicación de Miguel Ángel Rodríguez, nos fuimos hacia Modesto Lafuente, al encuentro de un restaurante sencillo, coqueto, atractivo y emergente.
Nos aseguró Miguel que íbamos a disfrutar enormemente y así fue. Sirvan estas líneas como agradecimiento por la sugerencia. Fue una reunión magnífica de cariño, de amistad y, sobre todo, de sabor.
Chifa comedor es un pequeño oasis en una calle caliente como es Modesto Lafuente, sede en su día de grandes empresas radiofónicas venidas a menos. Allí estaba la recordada Radio Intercontinental que tanto hizo por la radio en esta ciudad. Y allí, en el número 64, está Chifa comedor, un rincón entre cantonés y peruano, más lo segundo que lo primero, donde disfrutamos de una de esas comidas que se recuerdan por mucho tiempo, sobre todo por su originalidad y su excelencia.
Dicen que tiene uno de los mejores cebiches de Madrid y dicen bien. Antes de meternos en la faena definitiva, tuvimos oportunidad de probar unos mejillones en salsa picante de lo más suculento que uno pueda imaginarse. Los Rollitos vietnamitas llegan a la mesa con toda su carga exótica, abriendo una comida distinta y variopinta a más no poder. No se pierdan, cuando vayan, las empanadas de pato Pekín, servidas con una salsa picante muy suya y envueltas en hojas grandes de lechuga y albahaca. Deliciosas.
Me gustaron mucho, porque no los conocía, los Dumplings chino latinos llenos de matices muy personales del chef. Plato de categoría contrastada. Como complemento a todos estos entrantes, cada uno eligió un plato para terminar la fiesta. Yo me decidí por unos tallarines saltado de un sabor muy profundo y elegante a la vez. Alguien eligió el Arroz chaufa salteado con kepac manis, pollo de corral, gambas, huevo y plátano, y acertó también plenamente.
Y los que se atrevieron con el Pollo Kung Pao se encontraron con una excelente combinación de pollo, pimienta Sichuan, chiles mexicanos y papas fritas, todo un conglomerado de ingredientes para un plato sólido y apetecible. Todo ello, acompañado con un vino peruano blanco muy apañado, contribuyó a completar una comida sin aspavientos de estrellas Michelin, pero con la gracia y el estilo de gente que se preocupa por hacer que todo sepa a lo que tiene que saber. Vayan a Chifa comedor, les va a encantar. Es uno de esos lugares que no se olvidan fácilmente.
Chifa comedor
28003 Madrid