Bichopalo, gastronomía de autor en pleno Chamberí
A los mandos de su cocina Daniel Pozuelo, con amplia experiencia en restaurantes como Arzak, Dstage, Alboroque o el Casino de Madrid
Alta cocina sin normas en pleno Chamberí, una gastronomía de autor para ofrecer una materia prima de calidad con notas innovadoras, dando rienda suelta a la imaginación gastronómica. Bichopalo es una divertida alusión al insecto que parece lo que no es. Una declaración de intenciones que condensa la esencia de sus originales platos, otorgando una nueva dimensión a las recetas de siempre. A los mandos de su cocina Daniel Pozuelo, con amplia experiencia en restaurantes como Arzak, Dstage, Alboroque o el Casino de Madrid. Una rampa de lanzamiento de creatividad para lanzarse a la aventura. Gastronomía marcada por la personalidad del chef, emprendimiento incansable, creando un espacio de líneas limpias y minimalistas para disfrutar.
Un camino que se inicia con una deliciosa tartaleta de quisquillas, reivindicando un producto fresco que se sirve casi al natural en forma de tartar desplegando todo su sabor. Matices atrevidos con un mini sándwich de texturas crujientes y notas picantes con un excelente chorizo de León. En Bichopalo se cocina a su manera, sin reglas, sin clichés ni normas. Aromas, sabores y recuerdos culinarios que continúan con unas vieiras en salsa verde con suaves caricias de aceite. Otoño de boletus para presentarnos sobre la mesa una perfecta unión de setas y níscalos rehogados con plácidos abrazos de brasa. Ternura en las formas, sabor en su esencia culminado en hojas de lechuga fresca. Recetas inclasificables, sin reglas ni clichés. Una cocina sin normas para reivindicar una aventura gastronómica que nunca produce indiferencia. Magnífica versión moderna de los clásicos huevos rotos para imprimir aires melosos y vanguardistas a este pase. Uno de los iconos de Bichopalo elaborado con el huevo a baja temperatura con crema de champiñones y tierra de shiitake, regalando untuosidad y equilibrio en bocados que enamoran.
Recetas inclasificables y sabores únicos con presentaciones destinadas a tentar al comensal, suavidad y sabor en los dumplings de cerdo, la huerta se presenta con tronío con el puerro a la baja temperatura aprovechando una salsa destinada a ser rebañada, delicadeza y ligereza en una materia prima de calidad. Una ostra en escabeche que encandila por su textura carnosa. Reminiscencias salinas con una estupenda ostra atemperada para beberse literalmente el mar. Juegos de dulce y salado con un ajobando de coco acompañado de sorbete de kiwi y mejillones que se abren al vapor. Clásico y moderno, tradición y vanguardia en un menú que cambia e innova. Restaurante de estética sencilla en el número 39 de la calle Cristobal Bordiú que alberga creaciones como el gazpacho de cereza con pargo, curado en sal y azúcar unido a un sorbete y a rábano asiático. Gusto suave que va subiendo en intensidad a medida que disfrutamos del pase.
Una bodega original, de vinos distintos, de creaciones nuevas, vinos de autor para descubrir y deleitarnos. Comenzando por una denominación de origen de Jumilla. Un Parajes del valle Terraje, monastrell ecológico fermentado diez meses en fueres de roble francés. Vino frutal con expresividad y frescura, huyendo de artificios y enmascaramientos, honestidad y frescura aromática. Colores rubí para agasajar con elegantes aromas de frutas rojas o de hierbas , en el paladar pureza y ligereza para un final elegante. Vino que continúa la senda de pases originales con una dorada frita con mojo canario y guiños japoneses con miso rojo y sake, buen trato del pescado para servirlo en su punto exacto y culinario con hojas de lechuga a la brasa con ponzu. La tierra para un pato asado con especias chinas y cantonesas que se sirve con una salsa hecha con Palo Cortado, elegancia en cada bocado para imprimir sobre sus texturas la riqueza enológica de las tierras jerezanas. Fusión de cocinas con tallarines acompañados de setas y queso, en una línea culinaria que mantiene tonos homogéneos y seducción al paladar.
Alta cocina que se cuida con mimo en espacio abierto presentándonos un corzo cuya textura es pura mantequilla, caricia suave y exacta de brasa acompañada de una nube de dulzura y una salsa que culmina en notas de manzanilla «Micaela». Magnífico bocado que maridamos con un vino de toro. Un «Díscolo», crianza de 22 meses en barrica bordelesa de roble francés, húngaro y americano. Color rojo picota con capa media-alta de gran complejidad aromática recordando a mermelada de frambuesas para después en boca volver a aparecer la frescura de las frutas con un final largo y atractivo. Vino de carácter con cuerpo y marcadas notas afrutadas que se convierte en el río púrpura perfecto por cuya senda surca un corzo que encandila.
Un menú de nueve deliciosos bocados para un viaje inolvidable en una cocina destinada a agasajar a los sentidos con postres vanguardistas con una espuma de calabaza oxidada elaborada en una olla coreana con daditos de calabaza en almíbar asados a la brasa, pipas de calabaza garrapiñada y sorbete de mandarina. Desprendiendo frescor y regalando placer para el paladar culminando esta experiencia sensorial de alta cocina, con un precio sorprendente de cincuenta y ocho euros por persona. Propuesta innovadora y vanguardista con una magnífica imaginación culinaria que augura a Bichopalo un futuro prometedor.