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No hay mejor ni más completo alimento que la leche materna

No hay mejor ni más completo alimento que la leche maternaImagen de archivo

Maternidad

La lactancia materna trae beneficios tanto para el bebé como para la madre

Dar el pecho provee el alimento más completo y que más protege al recién nacido de enfermedades como infecciones respiratorias, gastroenteritis, meningitis, o síndrome de la muerte súbita del lactante 

Durante los seis primeros meses de vida del pequeño, la Organización Mundial de la Salud recomienda la lactancia materna exclusiva, es decir, que esta sea la única alimentación del niño; y que hasta los dos años se complemente con otro tipo de nutrientes. Y no lo aconsejan en vano, ya que todos los estudios apuntan a que la leche de la madre es la que mayores beneficios trae para la salud del bebé, pero también para la de la madre.

Según los datos de la Encuesta Nacional de Salud de 2017, la última publicada por el Instituto Nacional de Estadística, se pudo concluir que «se observa una evolución favorable en los patrones de lactancia en España en los últimos veinte años. A los seis meses casi el 40 % de las mujeres continúa con la lactancia materna exclusiva, lo que supone un incremento continuado desde 1995». No obstante, desde el área de Lactancia Materna del Comité de Nutrición y Lactancia Materna de la Asociación Española de Pediatría (AEP), señalan que las tasas actuales de lactancia en España distan mucho de los objetivos ideales.

La mezcla perfecta

Se trata del alimento más completo, ya que entre sus nutrientes se encuentran grasas, lactosa, proteínas y otros macronutrientes, pero también componentes bioquímicos y celulares que ayudan a la protección del recién nacido. Se trata de la mezcla perfecta que ayudará a los niños a prevenir ciertas enfermedades mientras sean bebés, como infecciones respiratorias, otitis, gastroenteritis, diarrea, infecciones de orina, meningitis o síndrome de muerte súbita del lactante. Pero también para cuando sean adultos. Se ha demostrado que la lactancia materna previene el riesgo de sufrir obesidad, diabetes, enfermedades respiratorias, enfermedades inmunitarias, arteriosclerosis o infarto de miocardio.

En el año 2007, el grupo de investigación del profesor Peter Hartmann de la Universidad de Australia Occidental descubrió la presencia de células madre en la leche materna, que permiten el desarrollo y crecimiento. En esta misma línea, la doctora Foteini Kakulas, de la misma universidad, ha demostrado que esas células madre pueden convertirse en otros tipos de células del cuerpo: óseas, adipocitos, hepáticas y cerebrales.

Desde el Comité de Lactancia de la AEP, defienden que la leche materna «protege al bebé contra enfermedades comunes tanto a corto como a largo plazo, reduce el riesgo de la madre de padecer cáncer y otras dolencias e implica un ahorro enorme para las familias, además del beneficio ambiental que supone para el planeta».

Bonito, pero sacrificado

Almudena, madre de dos hijas, define la experiencia como emotiva y muy bonita. «Es verdad que se siente una conexión con el bebé. Es algo que puedes hacer tú como madre y que no puede hacer nadie más. Esa conexión, aunque dejes de dar el pecho, se mantiene con el tiempo. Por eso entiendo que la relación madre-hijo es tan importante».

La conexión de la que habla esta madre tiene que ver con la segregación de hormonas que se produce durante el momento de dar el pecho. La oxitocina, más conocida como la hormona del amor, es una de ellas. Y además, el contacto piel con piel entre madre e hijo ayuda a calmar al bebé, ya que controla los ritmos de respiración y las pulsaciones cardiacas.

Dar el pecho aumenta los niveles de oxitocina, la hormona del amor

Dar el pecho aumenta los niveles de oxitocina, la hormona del amorImagen de archivo

«La lactancia es muy bonita, pero muy sacrificada. Cualquier herida y cualquier cosa lo hace duro. También es más cómodo, porque no tienes que llevar el biberón, y todo lo que eso conlleva, a todas partes», continúa Almudena. Con la mayor de sus hijas tuvo una mastitis, una inflamación del tejido mamario, y con la pequeña tenía grietas en uno de los pechos. Sin embargo, todos lo bueno que conlleva la lactancia hace que esto merezca la pena.

Otras opciones

«Como madre también es sacrificado. Hay muchos alimentos o medicamentos que no puedes tomar, porque a través de la leche se pueden transmitir muchas cosas y hay que tener cuidado», cuenta Almudena. Ella tenía claro que si podía iba a dar el pecho a sus hijas, pero hay muchas otras madres que deciden no hacerlo, porque no quieren o porque les es físicamente imposible. La baja producción de leche es una de las razones, pero también distintos problemas en las glándulas mamarias, como las inflamaciones o las grietas.

La lactancia artificial es la alternativa, y aunque sus beneficios no son tan amplios con los de la leche materna, los fabricantes intentan que contengan los mismos nutrientes presentes en la lactancia natural. Las necesidades nutritivas del bebé se ven igualmente cubiertas con la leche de fórmula, pero las madres no se favorecen de las virtudes que dar el pecho tiene para ellas.

Beneficios para la madre

Un nuevo estudio de la Universidad de California, cuyos resultados han sido publicados en la revista Evolution, Medicine and Public Health, sugiere que la lactancia materna puede tener un impacto positivo en el rendimiento cognitivo de las mujeres posmenopáusicas.

«Nuestros hallazgos, que muestran un rendimiento cognitivo superior entre las mujeres mayores de 50 años que habían dado el pecho, sugieren que la lactancia materna puede ser `neuroprotectora´ más adelante en la vida», afirma la doctora Molly Fox, autora principal del estudio.

Otra de las ventajas para las madres es que ayuda a prevenir distintas enfermedades, como la depresión posparto –por la segregación de oxitocina durante las tomas–, hipertensión, cáncer de útero, ovarios y mama, osteoporosis, diabetes o anemia. También sucede que las madres lactantes recuperan antes su peso previo al embarazo, por la cantidad de calorías que se queman mientras se da el pecho.

No se debe olvidar que, aunque la lactancia es muy buena tanto para el niño como para la madre, también son momentos duros. Para Almudena, el mejor consejo que le dieron fue que siguiese su propio ritmo, y el que le gustaría que le hubiesen dado es ser más realista. «Todo te lo pintan como que la lactancia es maravillosa y estupenda, que lo es, pero también tiene sus complicaciones. Cuando algo sale mal la que lo sufre es la madre. No solo en la lactancia, sino en la maternidad en general».

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