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Ignacio García Juliá

Ignacio García JuliáForo Español de la Familia

Concentración por la vida

Ignacio García Juliá, presidente del Foro de la Familia: «Si no es ahora, ¿cuándo? Si no somos nosotros, ¿quién?»

Hoy, 28 de noviembre, Cada Vida Importa ha convocado una concentración en Madrid en defensa de la vida

Cada Vida Importa ha apuntado en la agenda de toda la sociedad española una cita con la vida. Hoy, domingo 28 de noviembre, a las 12 del mediodía, todas las asociaciones que forman parte de esta plataforma han convocado una concentración en la Puerta de Alcalá con la calle Serrano para defender la vida humana: desde la concepción hasta la muerte natural.

Una de las asociaciones que forma parte de la plataforma Cada Vida Importa es el Foro Español del la Familia, cuyo presidente, Ignacio García Juliá, ha respondido algunas preguntas para El Debate sobre la convocatoria de hoy. 

–¿Por qué ahora y por qué hace tanto tiempo que Cada Vida Importa no convoca una concentración de estas características?

–Hay una frase que me gusta decir que quizá resuma toda la pregunta que es: si no es ahora, ¿cuándo? Y si no lo hacemos nosotros, ¿quién? Con esto queremos decir que hemos tenido una pandemia y hemos estado inmovilizados dos años por lo menos. Hay que tener en cuenta que el nuevo gobierno llegó en 2019 y a los pocos meses empezó la pandemia. Hicimos una serie de manifestaciones, la última en defensa de la vida en 2014. Pero, aunque no tiene mucha repercusión, todos los años nos hemos manifestado en torno al 25 de marzo, que es el Día del Niño por Nacer y todos los años hemos salido a la calle. Realmente, la última que hicimos fue en 2019. Hemos tenido este parón de dos años y ya estamos otra vez aquí. Ha habido continuidad, aunque no bajo las siglas de Cada Vida Importa, pero sí bajo las siglas de Sí a la Vida, compuesto por las mismas plataformas y asociaciones.

De cara a hoy, ¿qué objetivos se esperan conseguir con esta concentración?

–El primer objetivo de todos es llamar otra vez a la movilización de la gente. Después de este paréntesis y estos miedos que han circulado hay que decir: «oye, que los problemas siguen ahí». Los problemas están y seguimos teniendo una ley del aborto, que es horripilante y que tenemos que seguir combatiendo. El primer objetivo es sacar a la gente de sus casas, y decir que aquí estamos y que seguimos estando a pesar de todo. El segundo objetivo es casi un objetivo moral. No podemos estar quietos ante los ataques a la vida que se están haciendo. Moralmente, estamos obligados a responder con nuestras armas, que es la movilización social. Nosotros siempre hemos sido muy respetuosos con la ley, pero las leyes pueden modificarse. No se cambian si no hay una presión social para que ocurra. Y el tercer y último objetivo, es aunar a todas las asociaciones y ponerlas bajo un mismo paraguas. Son tiempos muy malos, económicamente malos. Todos tenemos pocos recursos, pero los pocos que tenemos hay que ponerlos a disposición de grandes causas, de causas que nos aúnen a todos, olvidándonos de diferencias y de personalismos. No es tiempo de eso. Esos tiempos ya han pasado. Son tiempos de estar unidos.

Los que defienden el aborto cada vez caen en más inconsistencias, más contradiccionesIgnacio García Juliá

Sobre todo cuando parece que solo se intenta enfrentar a la gente.

–Tenemos una sociedad completamente crispada, mirando siempre al pasado y nunca al futuro. Tenemos que cambiar ese estado de cosas. La gente que defiende la vida siempre hemos sido optimistas y alegres. Los temas que tratamos son muy graves, pero eso no nos quita la alegría y no nos quita el optimismo, porque somos intrínsecamente optimistas. Sabemos que más pronto o más tarde esta ley caerá. Que lo vea yo que no lo vea eso es accesorio. A mí me toca luchar en el momento que estoy. Los que ya llevamos muchos años en esto, tenemos que ir cediendo el testigo a la juventud, que siga defendiendo estas causas. ¿Y alguien lo hará? Evidentemente. Nosotros siempre comparamos esta ley con las leyes que había de esclavitud. Hubo un tiempo en que la esclavitud se veía como algo completamente normal. ¿Por qué fue cayendo la esclavitud? Porque un grupo reducido de personas moralmente consideró que la dignidad de la persona era idéntica para todos. Todos somos igual de dignos y no hay unas personas que puedan estar sometidas al arbitrio de otras. Eso lógicamente lo trajo el cristianismo. La esclavitud fue cayendo por su propio peso. El aborto igual. La ciencia, además, está ayudando a que cada vez se vea más la cara del niño antes de nacer, su cuerpecito, se oye el latido del corazón. Los que defienden el aborto cada vez caen en más inconsistencias, en más contradicciones. Intentan defender algo que la ciencia lo considera indefendible. Ahí hay una vida, y ya está. Y no tienes nada que explicarme de que eso es una vida que no es humana y demás estupideces que se oyen cuando se defiende lo indefendible.

En el momento en que ponemos algún tipo de plazo, el que sea, caes en una contradicción. Bueno es limitarlo, claro. Sí nos parece bien la ley de Texas, que dice que no se puede abortar en el momento en el que hay latido del corazón. Todo lo que sea limitar la cultura de la muerte siempre es un paso adelante. Hay que pensar que esas pequeñas modificaciones a la ley, en definitiva, salvan vidas y cada vida tiene un valor infinito. Aborto cero sería muy deseable. Esa es la meta que queremos alcanzar, pero hay que ser realistas. Vivimos en una sociedad que se ha acostumbrado al aborto. Le parece la cosa más normal y es prácticamente un método anticonceptivo más, y un derecho, aunque no lo es. Para que sea un derecho tiene que estar en la Constitución Española.

Primero hay que reconquistar las plazas que se han perdido, a toda esa gente que se ha acostumbrado a eso que llamamos el valor pedagógico de la ley. Todo eso se hace a través de la conversación, dando razón razonada. No podemos contestar a estas cuestiones con lo que llevamos puesto. Hay que formarse y aumentar nuestras armas dialécticas para hacer frente a esa indiferencia de muchos de nuestros amigos y conocidos, en los que no hay maldad. Hay indiferencia.

¿Se espera algún tipo de consecuencia hoy?

–Con este gobierno es completamente imposible ninguna consecuencia. Está fortísimamente ideologizado y realmente no escucha a la calle para nada, ni le interesa para nada lo que pasa en la calle. Tal vez esto sea una anécdota, si es que lo consideran, pero ya está la semilla puesta. Y además, si lo metemos en el contexto social ahora mismo de España, en el que está todo el mundo ya protestando, pues es una protesta más. Es un frente más que se abre: el de los camioneros y los transportistas, el de los trabajadores de astilleros, el de la policía, ahora toda la gente que defiende la vida contra estas leyes de aborto y eutanasia. Cada vez más sectores sociales se van moviendo. La foto de conjunto sí dice mucho. Una individual puede no decir nada, pero el conjunto si dice mucho. Por eso es importante el momento y no perder la ocasión.

Da igual que el Gobierno lo tenga todo. Nosotros tenemos la razónIgnacio García Juliá

Una cosa que me gusta también decir cuando la gente cae en la desesperanza con este gobierno, cuando parece que da igual lo que hagamos. Este gobierno lo tiene todo menos la razón. Como tenemos razón, tenemos nuestro derecho de responder. Da igual que lo tengan todo, nosotros tenemos la razón. Los que defendemos la vida no nos estamos equivocando. Por tanto, debemos reivindicarnos con mucha tranquilidad para que la gente se de cuenta de que lo que defendemos es sensato, es razonable. No molestamos a nadie. al contrario, ayudamos a los que lo necesitan. 

¿Qué es lo que va a haber hoy? ¿Qué va a suceder?

–Es un acto que va a durar poco más de una hora, y si se van a suceder una serie de testimonios en defensa de la vida. De mujeres que han abortado y qué ha sido para ellas el síndrome posaborto mujeres que iban a abortar y han sido ayudadas, enfermos… Iba a venir Jordi Sabaté, pero al final va a ser representado por un directivo del colegio de médicos. Ante su imposibilidad de actuar, ha dictado un documento, un grito diciendo: yo quiero vivir como quieren vivir los demás y lo que necesito es ayuda. No necesito que me enseñen la puerta de salida, sino que me ayuden. Como dice un amigo: todos tenemos que morir, pero sin empujar, hombre, sin empujar. Pues eso, no queremos que nos empujen. Cuando una persona que está en ese trance de la vida tan doloroso, tan difícil, lo que queremos es una mano que nos ayude. Una o varias manos. ¿Por qué no hay una ley de cuidados paliativos? ¿por qué tenemos que dejar a esas personas a la ayuda privada, personal o familiar? Ayudémosles. Va a ser un acto entre reivindicativo y emotivo, para despertar conciencias. El indiferentismo es el mal de nuestra sociedad, el mal total. Nos da igual ocho que ochenta y ocho, que haya hambre en el mundo o que no la haya. Lo único a lo que vamos es a lo nuestro, nuestra vida, nuestra familia, mis estudios, mi novio, mi novia y mi coche. Así la vida es un poco triste. Todo lo que no se da, se pierde.

Imagen de la concentración organizada el Madrid el 22 de noviembre

Imagen de la concentración organizada en Madrid el 22 de noviembre de 2014Cada Vida Importa

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