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Foto bebé móvil

Foto de un padre con su bebé en un móvilPexels

Salud digital

¿Qué es el 'sharenting' y por qué es peligroso exponer a tus hijos en redes sociales?

El término proviene de share y parenting, los anglicismos para «compartir» y «paternidad»

Hemos pasado de los álbumes a los perfiles de Instagram. Las fotos de familia ahora se comparten en las redes sociales, donde todos pueden verlas, y donde los más pequeños, aun antes de nacer, ya tienen presencia.

Esta problemática también ha surgido en España, donde el sharenting –término derivado de las palabras inglesas share (compartir) y parenting (paternidad) – ha sido abordado por varios investigadores de la Universidad del País Vasco. En su estudio, Sharenting, mediación parental y privacidad en los niños españoles, afirman que uno de cada cinco niños dice que sus padres han compartido información sobre ellos internet.

Una imagen, más que mil palabras

Se tiende en las redes sociales a compartir en demasía, a tener una intimidad pública, que deja de afectar solamente a uno mismo cuando se trata de un padre que comparte imágenes y videos de su hijo desde pequeño en internet. La consecuencia más inmediata es, por ejemplo, que terceras personas que por cualquier razón nos siguen en Instagram o Facebook, conozcan la ubicación de la familia; o dar acceso a desconocidos a información de contexto que aparece en el fondo de las fotos publicadas. No en balde se dice que «una imagen vale más que mil palabras».

El contenido compartido crea una huella digital, en este caso asociado al menor, que el mismo no es capaz de controlar. Esto hace referencia al rastro que se deja en las diferentes webs en las que se navega. Por ello, los expertos en la materia, como Qustodio, la app de control parental, consideran necesario no hacer públicos datos personales y pixelar las caras de los menores, con el objetivo de proteger su propia intimidad.

10 razones para no compartir imágenes de menores en internet

  • La obligación como padres de cuidar su imagen y su intimidad.
  • Ellos no ganan nada. su presencia en redes sociales no les genera ningún beneficio y marca su huella digital para el resto de su vida.
  • Diferencia de criterios. puede surgir conflicto cuando los progenitores opinan de manera distinta sobre publicar contenidos en internet.
  • No conocer cómo se están compartiendo las publicaciones. a diario hay cambios en la gestión de la privacidad de las redes sociales.
  • Control de imágenes. la mensajería instantánea o el correo electrónico son maneras más sencillas de compartir fotografías, donde está permitido limitar con quien se comparten.
  • Más de lo que parece. A simple vista, con una foto parece que no se comparte mucha información. Sin embargo, estas incluyen a menudo información importante de contexto e incluso geolocalización.
  • Terceras personas pueden asumir que el contenido publicado no es tan privado, de manera que se puede expandir en el mundo digital y llegar a hacer público.
  • Lo que se publica, se escapa. Cuando algo aparece en la pantalla, puede ser capturado y reutilizado.
  • Lo inadecuado de compartir imágenes de otras personas sin su consentimiento.
  • Puede quedar comprometida la seguridad de algún miembro de la familia, sobre todo en situaciones extremas.
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