Así son los buzones para bebés: las cajas refugio para dar en adopción en EE.UU.

Todo comenzó en Ciudad del Cabo, África. Monica Kelsey se encontraba visitando el país cuando vio en una iglesia una caja en la que los padres podían dejar de manera segura cuando no podían cuidar de ellos y que pudieran ser dados en adopción.

De vuelta en Indiana, Kelsey, que fue abandonada nada más nacer en 1973, hizo suya la misión de concienciar a sus vecinos sobre las leyes de refugio seguro, que protegen a las madres que deciden dejar a sus hijos en lugares donde el personal esté formado para atender recién nacidos, sin que puedan ser penadas por abandono ilegal.

En agosto de 1972, la madre biológica de Kelsey fue violada y dejada al borde de una carretera. Seis semanas después descubrió que estaba embarazada. Su madre, la abuela de Mónica, le aconsejó que acudiera a un centro de abortos, pero una vez se encontró frente al hombre que iba a quitarle la vida a su hija, cambió de opinión. Se escondió durante el resto del embarazo y finalmente dio a luz en abril de 1973. Una recién nacida Mónica fue dejada en un hospital de Ohio. Descubrir esta experiencia fue lo que llevó a Kelsey a fundar Safe Haven Baby Boxes y que ningún bebé tuviera que ser abandonado de manera insegura.

Las cajas refugio son como buzones, localizados en hospitales y parques de bomberos; un contenedor de metal en cuyo interior hay una cuna de hospital con control de la temperatura. Una vez que la puerta se cierra, no puede volverse a abrir. Cuando esto ocurre se activa una alarma silenciosa que avisa a los miembros de la iniciativa de Kelsey, al cuerpo de bomberos o al personal del hospital donde se encuentra la caja y a los servicios de emergencia del 112.

Una puerta interior permite al personal médico recoger al recién nacido desde el interior del edificio donde está instalado el sistema. El tiempo medio que pasa el bebé en el interior del refugio es de dos minutos, antes de que alguien abra la puerta al otro lado y le acoja en la que será su nueva vida.

Desde el año 2017, veintiún bebés han sido dejados en los más de 100 buzones de Safe Haven en Estados Unidos, repartidos entre Indiana, Ohio, Nuevo México, Kentucky, Arkansas, Florida y Arizona, en los que la misión es prevenir el abandono ilegal de recién nacidos y crear conciencia sobre la ley de refugio seguro.

El anonimato de quien deja el niño es lo que caracteriza este servicio, mientras que en otros lugares donde se permite legalmente dejar bebés para que sean dados en adopción los padres han de verse cara a cara con los sanitarios y rellenar de forma voluntaria un formulario sobre su estado médico.

Mediante los buzones y la línea telefónica de asistencia 24 horas de Safe Haven que recibido ya más de 8000 llamadas de todo Estados Unidos Kelsey se propuso sobreponer la adopción como alternativa al aborto y ayudar a otras mujeres que se pudieran encontrar en la misma situación que su madre biológica. «Cuando a una mujer se le dan opciones, va a elegir la mejor para ella», afirmó la creadora de Safe Haven al New York Times, y continuó: «y si en un momento de crisis elige dejar al bebé en una caja, debemos apoyarla en su decisión».