Se dispara el consumo de ansiolíticos en las familias españolas

Los hogares españoles han notado ya las consecuencias de la pandemia, las que no son físicas, sino psicológicas. Así lo muestra el XII Barómetro de las Familias realizado por The Family Watch, en colaboración por GAD3, que concluye que en una de cada cuatro familias españolas, alguno de sus miembros o alguien de su entorno ha consumido ansiolíticos por primera vez (25,2 %). En comparación con el año anterior, se ha producido una subida de casi siete puntos (18,5 %).

El informe ha sido elaborado mediante una encuesta online a 1.002 hogares españoles. Según sus autores, muestra que «tras estos años de pandemia y declive económico, las familias españolas comienzan a sentir su impacto, desde el punto de vista psicológico, en la incertidumbre e inestabilidad».

La encuesta ha analizado distintos indicadores del detrimento de la salud mental en la sociedad. «Resulta preocupante que más de la mitad de los entrevistados reconoce que, ellos mismos o alguien de su entorno, ha sufrido preocupación (77 %), irritabilidad (61 %), alteración del sueño (57 %) o angustia (54 %), durante el último año», afirman los autores del barómetro. Pero lo que más ha preocupado es que una cuarta parte de los entrevistados (25 %) afirma que ellos u otra persona de su entorno cercano, consumió por primera vez ansiolíticos en 2022.

Según sus resultados, entre las causas de este deterioro de la salud mental, se encuentran las dificultades económicas (70 %), el sentimiento de soledad (46 %) y la incertidumbre en general (43 %). Junto a ello, la sensación de soledad es uno de los aspectos que va en aumento: casi el 39 % de los encuestados reconoce haberla experimentado en el último año.

«Un dato preocupante es que el deterioro de la salud mental ha sido más intenso en las familias con hijos menores. Ahí es donde las instituciones deben poner el acento», ha explicado la directora general de GAD3, Sara Moráis. Con respecto a los jóvenes, el impacto en la salud mental apunta al ámbito de internet. La influencia de las redes sociales (53 %), el aumento de los casos de acoso escolar (43 %) y la baja autoestima (39 %) son, según las familias españolas, los principales motivos para una merma de la salud mental de los jóvenes.

Y por otro lado, la incertidumbre también es una consecuencia de la crisis económica en la que nos encontramos. Más de la mitad de las familias españolas (52 %) considera que la situación económica actual en España es mala. Todo ello tiene un impacto especial sobre las perspectivas de futuro. Así, un 24 % de los encuestados (7 puntos más que en el barómetro del año anterior) considera que dentro de un año la situación económica de su familia será peor que en la actualidad, registrando niveles de pesimismo similares a los de la crisis sanitaria (30 % en 2021) o a los de la crisis financiera (27 % en 2012-2013).

Esta misma incertidumbre e inestabilidad es lo que afecta a la hora de formar una familia. Más del 80 % de los encuestados considera que actualmente existen más dificultades para formar una familia que en generaciones anteriores. La prioridad para los jóvenes continúa siendo viajar y conocer diferentes culturas (73 %), seguida de prosperar profesionalmente (65 %) y ampliar sus estudios (50 %). En último lugar, se encuentra formar una familia; al igual que ocurría el año anterior; si bien, una de las conclusiones principales del barómetro anterior fue que un 45 % de los jóvenes quería formar una familia en un futuro próximo, un 20 % más que en 2020. Lo que sí ha variado con respecto a ediciones anteriores es la percepción sobre que la familia está bien valorada social y laboralmente, que ha aumentado en 6 puntos, del 51 al 57 %.