La pregunta que nunca has de hacerle a tu hijo cuando vuelve del colegio
Una psicóloga experta en paternidad invita a los padres a hacer a sus descendientes preguntas específicas que inviten a la reflexión, y mejor si se refieren a un momento específico del día
Lo único que Jennifer Breheny Wallace, investigadora sobre paternidad de Harvard, les pregunta a sus hijos cuando vuelven del colegio es qué han comido ese día. «Hablo de cosas que no tienen nada que ver son sus logros», revela la también periodista, quien en su libro Nunca es suficiente: cuando la presión por el logro se vuelve tóxica y qué podemos hacer al respecto, destaca que esa misma presión puede convertirse en un arma y es muchas veces empleada contra los hijos.
Los padres se encuentran entonces en la encrucijada de como mostrar interés en el desarrollo de sus menores sin causar esa presión en su perjuicio. La clave para ello, según apuntan distintos psicólogos, podría estar en la forma en que se comunican padres e hijos. Uno los ejemplos es la pregunta que nunca habría que hacerle a los estudiantes cuando regresan a casa tras un largo día frente a la pizarra.
Sobre esto ahonda la psicóloga especializada en paternidad, Pamela Li, que indica que habría que evitar la típica pregunta «¿qué has aprendido hoy?». Estas cuestiones generales suelen generar respuestas breves y desinteresadas por parte del menor. La experta subraya que hay más probabilidad de que el niño pierda el interés de compartir sus experiencias diarias si percibe que no está siendo escuchado de manera efectiva.
Por ello, Li invita a los padres a hacer a sus descendientes preguntas específicas que inviten a la reflexión, y mejor si se refieren a un momento específico del día. Por eso Wallace les cuestiona acerca de la comida, pero también da otros ejemplos como «¿Ha pasado algo divertido en clase hoy?» o «¿Con quien has jugado a la hora del recreo?». De esta manera, se fomenta que el niño pueda responder con algo más que un monosílabo y se permite a los padres comprender mejor las experiencias y emociones de sus retoños.
En cambio, si después del todo el día en el centro escolar, el estudiante prefiere no hablar de su jornada, la psicóloga explica que no es algo por lo que alarmarse. El objetivo de este interrogatorio no ha de ser obligar al hijo a conversar, sino crear un espacio diario en el que se sienta con la confianza de expresar sus preocupaciones.