La teoría de la cebolla, el truco de las parejas más duraderas para saber si son compatibles
Las relaciones están construidas en capas, como la planta. Cada una de ellas es un nivel de intimidad que la pareja va alcanzando de forma gradual
¿Qué hace que una pareja dure para siempre? Si les preguntaran a John y Julie Gottman quizá responderían dos cosas: que saben repararse y expresan positividad. De las más de 40.000 relaciones que han estudiado durante 20 años en su laboratorio del amor, estas eran dos cuestiones que aquellas que lograban permanecer juntas tenían en común.
No porque huela fuerte o porque haga llorar, sino por sus capas, una relación es como una cebolla. El nombre de esta verdura es la escogida por dos psicólogos, Irwin Altman y Dalmar Taylor, para bautizar una técnica que promete generar un vínculo más fuerte en una pareja.
Su hipótesis fue que las relaciones están construidas en capas, como la planta. Cada una de ellas es un nivel de intimidad que la pareja va alcanzando de forma gradual. Según la teoría de Altman y Taylor, el éxito de un matrimonio dependerá de la capacidad de cada uno de sus miembros para ir abriendo esas capas e ir mostrando la parte más íntima y sensible de su personalidad.
Los primeros estratos son aquellos en los que se descubre la atracción y la química. Todo lo relacionado con los aspectos superficiales de la persona cabe en este primer nivel: su nombre, apariencia y gustos generales. La teoría de la cebolla no aplica solo a las relaciones amorosas, sino que Taylor y Altman la emplearon para definir también las amistades y todo tipo de interacción social. Así, en esta primera capa se situarían la gran mayoría de personas que conocemos.
Una vez en la segunda envoltura, una pareja se adentra en los sentimientos y emociones. En este punto, la relación se formaliza y va afianzándose un vínculo sobre la confianza y los límites. Una vez superada, el tercer nivel es donde se concentran los valores, las creencias y metas de una persona.
Si estas tres resultan compatibles, es el momento de seguir al corazón de la cebolla (y de la pareja), al lugar donde se encuentran los miedos, las inseguridades y los sueños más profundos del otro. Llegados a este punto, surgen las decisiones conjuntas y las conversaciones complicadas que refuerzan la relación, con confianza y comprensión.