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Algunos estados como California han decidido que los estudiantes madruguen menos

Algunos estados como California han decidido que los estudiantes madruguen menosEFE

Un primer estudio desvela que prohibir los móviles en las aulas no mejora el rendimiento de los alumnos

Según sugieren los investigadores, las medidas restrictivas hacia los smartphones en los centros escolares ya no son suficientes para mitigar sus efectos nocivos en los adolescentes

Las medidas más estrictas de los centros escolares hacia los smartphones no están haciendo aumentar el bienestar de los alumnos. Así concluyen un reciente estudio de la Universidad de Birmingham, cuyos autores desvelan que la prohibición de los móviles inteligentes en las aulas ya no es suficiente para hacer frente a sus efectos negativos.

El análisis, liderado por la pedagoga Victoria A. Goodyear, es pionero en este ámbito, puesto que es el primero que aborda la asociación entre las políticas escolares sobre el uso del teléfono y el rendimiento y el bienestar de los adolescentes. Para llevarlo a cabo, se ha contado con 1227 alumnos de 30 colegios repartidos por todo Reino Unido. En 20 de estas escuelas se aplicaban medidas restrictivas hacia los teléfonos.

Según sus resultados, prohibir el móvil en las aulas tiene como resultado una disminución del uso que los adolescentes hacen de estos dispositivos durante la jornada escolar, en aproximadamente 40 minutos diarios. En el caso de las redes sociales, supone tan solo una reducción de de 30 minutos. Sin embargo, esta disminución no se tradujo en el uso total que los alumnos hacen del smartphone y las redes.

Entre todos los estudiantes, tanto en los colegios con políticas permisivas como en los de medidas restrictivas, el uso de teléfonos inteligentes era de una media de entre 4 y 6 horas al día. Los de Birmingham indican que este impacto es «pequeño» y que las medidas que restringen los smartphones en los espacios de educación no han conducido a una reducción significativa del tiempo total que los alumnos pasan con el móvil.

«Encontramos una relación entre el mayor tiempo dedicado a los teléfonos y las redes sociales y los peores resultados, con peor bienestar mental y resultados de salud mental, menos actividad física y peor sueño, menor rendimiento educativo y un mayor nivel de comportamiento perturbador en el aula», explica Goodyear, quien considera importante reducir el uso de los smartphones, pero no solo dentro de las escuelas.

Por otro lado, no encontraron diferencias en la salud mental, el bienestar general o el rendimiento académico entre los alumnos de aquellas escuelas donde se aplicaban medidas restrictivas y las que no. Los autores sugieren, por tanto, que la prohibición durante el horario escolar no influye notablemente el bienestar general de los estudiantes. Por último, los autores también han concluido que existe una asociación entre el tiempo de uso del móvil y las redes con resultados negativos en salud mental, actividad física, calidad del sueño, rendimiento académico y un aumento de las conductas disruptivas en el aula.

Aunque las políticas escolares que restringen el uso de teléfonos pueden reducir el tiempo que los estudiantes pasan en sus dispositivos durante el horario escolar, estas medidas por sí solas no son suficientes para abordar los efectos negativos asociados con el uso excesivo de teléfonos y redes sociales. Los autores sugieren que es necesario adoptar un enfoque más integral que considere el uso de teléfonos tanto dentro como fuera de la escuela, abarcando todo el día y la semana, para mitigar eficazmente los impactos adversos en la salud y el bienestar de los adolescentes.

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