
Una niña a hombros de su padre el primer día de colegio
«Es mucho más importante de lo que parece»: un psicólogo revela el detalle clave para elegir colegio
El popular divulgador Alberto Soler ha explicado en sus redes sociales uno de los criterios más relevantes para escoger centro escolar. Y su vídeo no ha tardado en correr como la pólvora
Pocas decisiones generan tantos quebraderos de cabeza a los padres como el colegio al que llevar a sus hijos, ya sea por primera vez, ya sea en un momento de cambio de etapa.
Factores esenciales para tomar esa decisión son, sin duda, el ideario propio del centro que sea más afín a las convicciones personales de los padres –más importante si cabe en el caso de las escuelas católicas, sean concertadas o privadas–, los amigos que tenga de etapas anteriores (o las malas compañías que se quieran evitar), o el proyecto pedagógico específico (por ejemplo, en los casos en que el centro sea más o menos proclive a fomentar la educación artística o musical, los idiomas, los deportes o las tecnologías).
Conjugar todos estos factores supone un puzle complejo en los hogares, al que en muchas ocasiones se añaden las trabas que la Administración pone al derecho constitucional de los padres a escoger la educación que prefieren para sus hijos, y que les aboca a no poder optar entre diferentes modelos o a quedar vinculados a un único centro público.
Más importante de lo que parece
Pero, junto a todas estas cuestiones, hay un factor cuya trascendencia resulta mucho más relevante de lo que parece a simple vista, tal y como ha recordado el psicólogo, escritor y divulgador Alberto Soler, más conocido en las redes sociales como @asoler.En un reel compartido en su perfil de Instagram, y que supera las 130.000 visualizaciones en solo dos días, Soler revela que «un factor que muchas veces no se tiene lo suficientemente en cuenta a la hora de elegir escuela, y es más importante de lo que parece» es «la cercanía entre el cole y la casa».
Más allá de la simple comodidad, esta circunstancia «va a tener muchas más implicaciones en el día a día» de las familias. Y enumera algunos de esos aspectos, como «la hora a la que nos tenemos que levantar por la mañana, el tiempo que invertimos en desplazamientos, o la ayuda que podemos necesitar en un momento determinado para llevarles o recogerles del cole».
Esencial para que los niños socialicen
Aunque, de todos esos elementos, uno destaca por encima del resto: «El enraizamiento en el barrio, o en el pueblo», por parte de los niños.
Como destaca Soler, que es autor de varios libros de crianza y educación como Tengo un nudo en el estómago, Hijos y padres felices o Niños sin etiqueta, «la escuela no solo transmite conocimientos, sino que es la principal fuente de relaciones sociales» para los pequeños, y es necesario caer en la cuenta de que la mayoría de los compañeros de clase que tendrán –y, por tanto, también sus amigos– «suelen vivir cerca de la escuela».
Así, Soler recuerda que «si vivimos lejos de la escuela, nos será más complicado que se vean con sus amigos fuera del cole, que se encuentren en el parque, por los pasillos del supermercado, en la plaza o paseando por la calle». Y, por tanto, la cercanía al centro «no solamente es cuestión de tiempo», sino que «vivir lejos de la escuela y de sus amigos siempre será un hándicap y cada familia debe valorar si compensa, o no compensa».
Dos cursos completos dentro de un bus
Además, se detiene en un cálculo más que revelador: «Un curso escolar –señala Soler– tiene unos 180 días lectivos, más o menos. Acudir a un centro escolar que implica una hora de bus para ir y otra para volver significan 360 horas anuales en desplazamientos». Algo que, multiplicado por los tres cursos de Infantil y los 6 de primaria, suponen más de 3.000 horas. Dicho de otro modo: «135 días completos, dos cursos académicos enteros, dentro de un autobús».
El vídeo ha generado un encendido debate entre los seguidores de Soler, no tanto porque nieguen el valor de su premisa, sino por las quejas que muchos de ellos expresan por no poder elegir cerca de sus domicilios un centro acorde a sus convicciones o a la calidad educativa que desean para sus hijos; o las dificultades habituales que tienen para conciliar vida familiar y profesional.