Angela Merkel abandona el Gobierno a ritmo de punk

Después de 16 años en el cargo, la despedida al frente del Gobierno alemán de Angela Merkel se llevará a cabo el próximo jueves y, como es habitual en el país, recibirá una ceremonia militar en la que pasará su legado a Olaf Scholz. El conocido como Grober Zapfenstreich es uno de los actos militares más importantes que se llevan a cabo en Alemania y tendrá lugar por la noche, en el patio exterior del Ministerio de Defensa, ante un reducido número de invitados, unos 200, debido a las restricciones por covid-19, tal y como ha informado The Guardian.

Como es costumbre, los primeros ministros salientes están autorizados a solicitar tres canciones que serán interpretadas durante el evento por la banda de música. Y es precisamente esta selección musical la que ha sorprendido a todos. Mientras sus predecesores en el cargo como Gerhard Schröder o Helmut Kohl eligieron temas convencionales como My Way de Frank Sinatra y la Oda a la Alegría, de Ludwig Van Beethoven, Angela Merkel ha elegido una variada selección de canciones.

La primera de ellas es un himno popular cristiano del siglo XVIII. Bajo el nombre Grober Gott, wir loben Dich (Santo Dios alabamos tu nombre), la todavía canciller hará «un guiño a su crianza como hija de un pastor protestante y a la identidad religiosa de su partido, la Unión Demócrata Cristiana (CDU)», explica The Guardian.

Su segunda elección es Für mich soll's rote Rosen regnen (Deberían lloverme rosas rojas), una canción nostálgica sobre la ambición adolescente y la arrogancia juvenil. «Se suponía que debía conformarme, conformarme. Oh, no puedo conformarme, no puedo conformarme, yo también quiero ganar siempre», dice la letra.

Pero la canción que más ha sorprendido a todos ha sido Du hast den Farbflim vergessen de Nina Hagen, un himno en la Alemania Oriental de 1974 antes de que la cantante emigrara al otro lado del muro y se convirtiera en una figura clave del movimiento punk. 

Aunque la letra habla del enfado de la cantante con su novio por haber visto únicamente una película durante sus vacaciones en la isla de Hiddensee, hay quien ha empezado a ver mensajes ocultos. «La canción fue entendida por sus admiradores en ese momento como una crítica encubierta de la república socialista y su cotidiano gris y monótono, donde las películas en color eran un bien escaso».

The Guardian especula también con la posibilidad de que la canciller haya visto un significado más moderno en la canción de Hagen, al entenderla como «un aullido de frustración con los hombres que descuidan hacer su trabajo correctamente».