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La otra mujer de Tom Brady antes de Gisele Bündchen
El jugador se enteró de que su exnovia, Bridget Moynahan, estaba embarazada justo cuando empezó su relación con Gisele Bündchen
Tom Brady se retira siendo el mejor jugador de la historia de la Liga de Fútbol Americano
Que Tom Brady y Gisele Bündchen forman una de las parejas más estables del panorama norteamericano es sabido por todos. El jugador de la NFL, que ahora podría estar pensando en retirarse de forma definitiva, y la supermodelo brasileña se conocieron en 2006 a través de una cita a ciegas que un amigo en común de los dos organizó. Él ya triunfaba como quarterback de fútbol americano y ella era considerada como la modelo mejor pagadas del mundo.
La fusión explosionó y se convirtieron en uno de los tándems más envidiados del mundo, a pesar de que al principio su unión se tambaleó. Apenas dos meses después de empezar a salir con el deportista, Gisele se enteró de que estaba esperando un hijo con otra mujer, la actriz Bridget Moynahan. «Dos meses después de iniciar nuestra relación, Tom me dijo que su exnovia estaba embarazada. Al día siguiente, la noticia estaba en todas partes, y sentí que mi mundo se había puesto patas arriba», revelaba la modelo en su libro autobiográfico Lessons: My path to a meaningful life (Lecciones: mi camino hacia una vida plena).
La modelo de 41 años admite que el escándalo público sobre el embarazo «no fue un momento fácil», sobre todo porque su relación con Brady empezó semanas después de la ruptura. El deportista se enamoró de la actriz americana en 2004 cuando su carrera estaba despuntando. Ya era conocida por su papel de Rachel en El bar coyote, pero sus papeles en Serendipity, Yo Robot o El señor de la guerra fueron las que la consolidaron como intérprete.
Durante dos años pasearon su amor por las alfombras rojas y los campos de fútbol y en 2006, tras varios meses de rumores, la representante de ella confirmó la separación. La historia podría haber sido la de cualquier pareja que rompe y decide mantener una amistad. Sin embargo, el embarazo sorpresa de la actriz dinamitó a la prensa rosa para sacar sus propias conclusiones.
Publicaron que era toda una farsa de Moynahan para atar en corto al deportista e, incluso, que el niño había sido concebido durante las primeras semanas de su relación con Gisele Bündchen. Y es que Jack, el hijo del jugador con Moynahan, nació en agosto de 2007, más o menos en la misma época en la que Brady conoció a su ahora mujer.
La situación no fue bien acogida por ninguna de las tres partes implicadas, pero especialmente por Moynahan. «Tenía coches siguiéndome y fotógrafos escondidos en los arbustos del exterior de mi casa. Como madre primeriza vives un momento en el que solo quieres proteger a tu hijo, y ese tipo de atención la sentí como una amenaza», contó tiempo después en el libro Our shoes, our selves, una antología de ensayos de mujeres.
Más allá de aquella difícil época, la actriz no le guarda rencor a su ex. «Tom y yo tomamos la decisión de criar a un hijo juntos y ambos hemos encontrado socios en este camino que no solo nos han apoyado en la crianza de ese niño, sino que también aman a nuestro hijo como si fuera suyo. No creo que se pueda pedir más que eso. Mi hijo está rodeado de amor», sostuvo sobre Gisele Bündchen y Andrew Frankel, su marido.
Sin embargo, en su día llegó a considerar ser madre soltera. De hecho, confesó que, nada más nacer su hijo, lo primero que hizo fue llorar. «Cuando de repente estás embarazada y nadie está a tu lado, incluso si tienes 30 años, es algo difícil. Soy una chica tradicional y creo en el matrimonio. Por un momento, fue difícil para mí aceptar que esta era la forma en que iba a tener una familia».
Con el tiempo, la relación con su expareja mejoró y, mientras Brady y Bündchen afianzaban su relación, valorada en 490 millones de euros, la actriz comenzó a hacerles partícipe de John. En la actualidad, la modelo le considera como si fuera un hijo más, aparte de los que tiene con el deportista, Benjamin y Vivian. «Quería estar allí para Jack y Tom, y hacer lo que fuera necesario para crear estabilidad en sus vidas y ayudarles a tener una relación cercana», afirma la brasileña. Ahora, incluso, es habitual ver a las dos apoyando a Tom Brady en sus partidos de fútbol americano, una imagen idílica que podría terminar si finalmente decide retirarse.