Felipe de Marichalar reaparece en Marbella tras su accidentado cumpleaños
Ha sido retratado muy sonriente, en compañía de unos amigos
El hijo de la infanta Elena y Jaime de Marichalar se encontraba en la discoteca Opium de Marbella cuando una pelea terminó con un tiroteo que dejó a cuatro víctimas heridas, además del acusado de apretar el gatillo.
El suceso de la discoteca Opium de Marbella ha hecho correr ríos de tinta. Más después de que se supiera de que Felipe de Marichalar, hijo de la Infanta Elena, se encontraba disfrutando de la noche de su cumpleaños en el citado local. Si Froilán o sus amigos vivieron el tiroteo muy de cerca es algo que no ha trascendido, pero las últimas imágenes captadas del sobrino mayor de Felipe VI un día y medio después de la tragedia dejan ver a un joven relajado y dispuesto a disfrutar del verano como si nada hubiera pasado.
Vestido de oscuro, con pantalón corto negro y camiseta a tono, el hermano de Victoria Federica lucía una sonrisa debajo de la gorra del mismo color que su atuendo con la que trataba de pasar desapercibido. Instalado en la Costa del Sol por unos días, ‘Pipe’, como le llama su entorno más cercano, comió con sus amigos en un conocido chiringuito de la ciudad malagueña el martes 19 de julio, apenas un día y medio después del tiroteo que terminó con su cumpleaños de la manera más inesperada, abrupta y trágica posible.
Según publicaba el portal Vanitatis unas horas después de que el digital LOOK diera la exclusiva de la presencia del nieto mayor de Don Juan Carlos y Doña Sofía en la discoteca, la fiesta de aquella noche era toda ella un homenaje al cumpleañero. Al parecer el músico que amenizaba la velada, Black Coffee, es uno de los artistas favoritos de Felipe, y consciente de ello, Javier Calle, íntimo de Marichalar y gerente del local, había hecho coincidir la actuación con el cumpleaños de su amigo para hacer de esa una noche para la historia.
Lamentablemente los inesperados acontecimientos hicieron de la noche, efectivamente, algo inolvidable para todos los asistentes. Pero lejos de por la música y el buen rollo, por el miedo, el pánico y el dolor que se vivieron aquella madrugada en las instalaciones de Opium. Casi una semana después de la tragedia, los cuatro heridos aún permanecen en el hospital mientras que los dos detenidos por el tiroteo ya han sido condenados a prisión provisional, incomunicados y sin fianza.