Ahora ha retomado el deporte y la danza
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¿Qué fue de Ángela Montero? Así es la exmujer y primera mentora de Dabiz Muñoz
El cocinero, que acaba de ser revalidado como el mejor chef del mundo por segundo año consecutivo, tiene un pasado que nada tiene que ver con Cristina Pedroche
El buen hacer de Dabiz Muñoz como chef es tan innegable como el hecho de que el cocinero ha revalidado el papel de nuestro país en la alta cocina que durante tanto tiempo han defendido grandes de los fogones como Ferrán Adriá o Martín Berasategui. Pero lo cierto es que el más descarado de las cocinas patrias goza de una fama que va mucho más allá de sus recetas, debido sin lugar a dudas a su matrimonio con la televisiva Cristina Pedroche.
Sin que su reputación se vea afectada en ningún caso por este hecho, resulta imposible no relacionar la popularidad de su mujer con su fama más allá de los cuchillos, pero lo cierto es que Dabiz ya empezaba a despuntar como cocinero antes, cuando su compañera de vida era Ángela Montero.
Llegaron a hipotecar su casa para seguir los sueños del cocinero
Aunque siempre ha sido ajena a los medios, la historia de la primera esposa de Muñoz ha trascendido en el pasado, habiendo sido el último gran reconocimiento al cocinero lo que la ha devuelto al presente. Totalmente alejada del mundo culinario, un universo del que se separó a la vez que del que era su marido, Ángela tiene actualmente una escuela de Pilates, una disciplina de la que, junto a la danza, se alejó por amor, cuando decidió volcar todos sus esfuerzos y ahorros en ayudar a Dabiz a cumplir su sueño profesional.
Según publicó Vanitatis en 2015, el compromiso entre el matrimonio era tal que los propios padres de Ángela aportaron más de 200.000 euros al proyecto DiverXo, una meta del chef por la que él y su mujer no dudaron en hipotecar su casa, llegando a dormir en el suelo del propio restaurante.
La pareja, que estuvo junta la década que va de 2003 a 2013, gozaba de una grandísima complicidad, por lo que la ruptura fue para ambos, según fuentes cercanas comentaron entonces, un punto de inflexión en sus vidas. Él se dedicó a viajar por el mundo en busca de inspiración para seguir con sus sueños mientras ella volvió a centrarse en los suyos propios, retomando el deporte y la danza a los que tanto esfuerzo había dedicado antes de que David se cruzase en su vida.
