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Qué se come en el palacio de Carlos III y la Reina Camilla
La Royal family siempre apuesta por un menú extenso y contundente con productos propios de las altas tierras de su Reino
La familia real británica es reconocida como una de las más ricas del mundo. Y lo es por su ingente patrimonio privado, acumulado durante su larga existencia, y también porque saben rentabilizarlo.
Por ejemplo, Highgrove es un palacio con aspecto de casa georgiana, en la campiña de Gloucester en el sudoeste de Inglaterra, que Carlos compró en 1980 porque quería poner en práctica sus conocimientos de jardinería con sus principios medioambientales de sostenibilidad. Ahora es la vivienda particular del Rey Carlos III y su esposa. Que abre a visitas guiadas e incluso, ofrece cenas navideñas donde aquellos que pagan 175 libras por cubierto pueden probar el menú que cocinan los propios chefs reales, con Sam Robert al frente.
Para entrar en la Casa del Rey hay que cumplir unas normas. Por ejemplo, no puedes llegar más de quince minutos antes de la hora acordada para la cena. Tampoco puedes hacer fotos donde te plazca, solo en el salón del ágape, el orchard room y en la terraza. Está prohibido fumar tabaco y vapear en todo el recinto de Highgrove, da igual que sea en el baño o en la terraza. Carlos es antitabaco. Y lo más curioso que, a pesar de haber vivido con una madre rodeada de perros corgis, él no quiere que a su casa vayan más perros que los necesarios, es decir los lazarillos, el resto recomienda «déjalos en casa» y tampoco te molestes si te registran el bolso, no es que teman que te lleves una cuchara de plata o un cenicero real de recuerdo, es que lo hacen por seguridad. Sin embargo, sí que puedes comprar cosas de recuerdo en la tienda que ubican estratégicamente antes de entrar en el salón del evento.
El menú es extenso y contundente pero, como los aperitivos y la cena comienza a las siete y luego hay un ratito de baile, hay tiempo para digerirlo y estar a las once de regreso con la digestión hecha.
El próximo ágape previsto es para inaugurar el año 2023 y el menú se compone de mousse de vieiras, pudding de morcilla, el cullen skink, que es una sopa típica escocesa con patatas y pescado ahumado, y el contundente haggis, que es como un botillo con asaduras de cordero, por supuesto acompañado de patatas, verduras y el jugo que suelta la carne al cocer durante horas, animado con whiskey y, por último, tarta de queso acompañada de té príncipe de Gales o café de puchero.
Parece que al Rey Carlos le gusta la comida contundente de las tierras altas de su Reino, eso sí con los vegetales, verduras, animales y la hierbas de sus posesiones, que por supuesto han sido criados y cultivados en libertad, de manera sostenible, ecológica, sin químicos, con compost propio y lo que pueda ser vegano, pues vegano. La aparición del Rey o de la Reina consorte no está asegurada, pero alguna vez, cuando eran príncipes, sí que se han pasado por esa zona de su casa a saludar.