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La vida privada de Pedro Piqueras: la mujer con la que comparte su vida y su papel como padre
Esther Barriga, su compañera de vida, y Curro, su hijo creativo y discreto, son los pilares fundamentales del periodista albaceteño
su rostro se ha colado durante décadas en miles de hogares españoles. Pedro Piqueras, recientemente galardonado con el Premio APM al Mejor Periodista del Año 2023, es una figura emblemática del periodismo español que ha sabido mantener un delicado equilibrio entre su vida profesional y personal.
A pesar de haber dedicado 51 años al periodismo, 34 de ellos en televisión y 18 como rostro principal de los Informativos Telecinco, su vida privada ha permanecido mayormente fuera del foco mediático, algo que él mismo asegura ha sido una decisión consciente: «No es que no quiera que nadie sepa nada, pero intento proteger a las personas que están conmigo. Hemos establecido ese tipo de muro», confesó en marzo durante su participación en Planeta Calleja.
Comparte su vida con Esther Barriga, su pareja, y su hijo Curro, quien actualmente reside y trabaja en Londres. Aunque su carrera profesional, especialmente durante los años en los que tenía horarios nocturnos, le impidió disfrutar de una plena conciliación familiar, siempre ha tratado de estar presente. En Planeta Calleja, recordó con humor una anécdota de aquellos tiempos: «Mi hijo, cuando era pequeño, le dijo al albañil que trabajaba en casa: ‘Eso es trabajar, y no como mi padre, que se pasa el día durmiendo’. Claro, no entendía que yo trabajaba toda la noche». Aunque admite que se perdió momentos importantes debido a su horario, Piqueras asegura que su hijo nunca se lo ha reprochado: «Tengo un hijo maravilloso».
El periodista, nacido en Albacete, confesó también que pasó por el altar con Ana, su primera mujer, con quien se casó tres años antes de comenzar su carrera en TVE y con quien tuvo a su único hijo, Curro. Tras su separación, Piqueras no volvió a casarse. «Bueno, yo estuve casado y ahora tengo otro tipo de relación no matrimonial», reveló, refiriéndose a su actual pareja, Esther, a quien considera «como una segunda mujer, aunque no estemos casados». Ella es licenciada en Farmacia por la Universidad Complutense de Madrid y Veterinaria por la Universidad Alfonso X el Sabio, ha desarrollado una sólida trayectoria profesional. Desde 2017 trabaja como manager clínica en IQVIA, una multinacional de tecnología de información en salud e investigación clínica.
Por su parte, Curro Piqueras ha trazado su propio camino lejos del periodismo, pero con gran éxito. Tras estudiar Publicidad en la Universidad Nebrija de Madrid, trabajó en reconocidas agencias como JWT Madrid, Bob Comunicación y McCann Worldgroup. Desde 2019 vive en Londres, donde es Director Creativo Ejecutivo de DUDE London, una agencia independiente que cuenta entre sus clientes a gigantes como Netflix, Nike y Spotify. Al igual que su padre, Curro ha sido siempre discreto, aunque en ocasiones ha compartido cómo fue crecer con un padre tan conocido. «Para haceros una idea del tiempo que lleva mi padre en la tele, imaginad que yo crecí creyendo que todos los padres salían en la tele. Y tengo casi 40 años, así que echad cuentas», bromeó cuando le entregó a su padre el Premio Jesús Hermida a su trayectoria. Durante el acto, le dedicó unas emotivas palabras: «El que era ‘el de la tele’ para todos vosotros, para mí era una persona muy humilde, con muchísimo sentido del humor, pero sobre todo una persona a la que he admirado cada día. Te mereces este premio, pero sobre todo te mereces todo lo que te está pasando ahora mismo».
Aunque Piqueras lamenta los sacrificios de su profesión, especialmente durante la infancia de su hijo, no puede evitar sentirse orgulloso. «Curro es muy buen creativo y una persona muy discreta. Es un chico estupendo, ¿qué voy a decir yo? Pero este me ha salido bien», bromeó durante su participación en Buenismo Bien, de Cadena Ser.
Sus pasiones
Lejos de los platós, Pedro Piqueras se revela como un hombre curioso y lleno de intereses. Su pasión por la música quedó patente en noviembre de 2022, cuando descubrió a sus seguidores en Instagram con un video tocando el piano y cantando junto a su perra Violeta. La escena tenía lugar en su vivienda, al norte de Madrid, diseñada por el arquitecto Otto Médem. Además de la música, Piqueras dedica gran parte de su tiempo libre a la lectura y los viajes. En su hogar, cuenta con un despacho de estilo bohemio, decorado con libros, fotografías y galardones, que refleja su espíritu inquieto. Actualmente, vive cerca de la Sierra de Madrid, un lugar que le permite disfrutar de la tranquilidad y del contacto con el entorno natural. «He tomado afición a eso de respirar aire puro», comentó en una entrevista con Elle hace unos años.
Tras dejar la televisión el año pasado, aprovechó para desconectar en lugares tan diversos como la Patagonia chilena, la Sierra de Albarracín, el puerto fluvial de Vukovar en Croacia o las Bañaderos en Gran Canaria. Durante su entrevista con Vanity Fair, reveló que uno de sus sueños pendientes es vivir en directo un partido de Champions League: «No sé lo que es, pero me encantaría experimentar ese ambiente algún día».
A pesar de sus viajes y su vida profesional cosmopolita, Pedro Piqueras siempre ha mantenido un fuerte vínculo con sus raíces en Albacete, ciudad donde nació y comenzó su carrera en el periodismo. «Mi infancia fue muy de pueblo: campos de trigo, un río, una huerta… Todo eso forma parte de mí», confesó. Esta conexión con lo sencillo también se refleja en su amor por la naturaleza, algo que quedó patente durante su participación en Planeta Calleja, donde recorrió el volcán de La Palma.
Aunque ahora disfruta de una «jubilación activa», colaborando en programas de Radio Nacional como No es un día cualquiera, Piqueras admite que aún siente nostalgia por los informativos. «Cuando los veo, sí me gustaría estar ahí, pero los que vienen detrás merecen que los mayores hagamos hueco», comentó con humildad. Su regreso puntual a los estudios de Telecinco para analizar los efectos de la DANA en España demostró que sigue pegado a la actualidad. «Ver a la Reina con barro en la cara y al Rey tratando de explicar lo que no le permitían… Ha sido uno de los momentos más duros que he presenciado de la democracia española».