La inmortalidad de Mario Vargas Llosa que aterra a Isabel Preysler

Entre su ruptura con Isabel Preysler y su ingreso en la Academia Francesa, Mario Vargas Llosa está en boca de la crónica social y cultural desde hace semanas. A finales de diciembre la socialité filipina explicaba que su historia de amor con el Nobel había terminado después de una escena de celos infundados. Al parecer Vargas Llosa no era muy amigo de la activa vida social de su entonces pareja y, después de cada discusión, abandonaba la casa que compartían para irse a su 'piso de soltero'. En uno de estos arrebatos pueriles, Isabel le dijo que no volviese.

Y parecía que la ruptura se realizaría de forma civilizaba. Sin embargo, tal y como recoge Hola esta semana, Isabel Preysler no está dispuesta a que se lleve a cabo un ataque hacia ninguno de sus hijos, especialmente, si la diana de los dardos de Mario es Tamara, «una niña que solo ha sido cariñosa y amorosa con él».

Sin embargo, Mario decidió modificar ligeramente el cuento Los vientos y añadirle ciertas sutilezas que a la Reina de corazones no le han sentado nada bien por la inmortalidad de sus palabras escritas. «Mario añadió dos párrafos a su famoso cuento el pasado mes de enero. En ellos, hablaba de las islas marquesas –en referencia al marquesado de Griñón que heredó de su padre–».

«La Filosofía comparte el departamento académico con Teología y Cocina. ¡Vaya mezcla! Me imagino el diploma de Doctor de Filosofía, Teología y Gastronomía y me muero de risa. Meterla en todo esto me parece caer muy bajo», reconoce. «Ni resentida, ni mentirosa, ni molesta, ni enfadada, como han estado diciendo, nada de eso es verdad... Pero sí, tengo un límite y ese límite son mis hijos».

Vargas Llosa no es un súbdito más

Entre tanto cruce de acusaciones, el escritor español estuvo arropado por dos presencias inesperadas en su ceremonia de ingreso en la Academia Francesa: el Rey Juan Carlos y su hija, la Infanta Cristina. Es la segunda vez en un mes que el padre de Felipe VI regresa a Europa –ya lo hizo en enero para acudir al funeral de Constantino de Grecia– y acudió en calidad de amigo personal del protagonista.

Algo destacable teniendo en cuenta que en una entrevista el literato hispano-peruano reconoció que «los reyes no tienen amigos, tienen súbditos», aunque matizaba: «En la medida en que un rey pudiese tenerlos, yo sería uno de ellos». En 2001, de hecho, el literato hispano-peruano fue distinguido por Don Juan Carlos con el título de marqués.

Diez minutos antes del inicio de la sesión, aparecían ambos en una furgoneta con los cristales tintados y era recibidos por la directora de la Academia, Hélène Carrère d'Encausse. Poco después tomaban asiento en la primera fila del salón de `los inmortales´ para disfrutar del discurso de Vargas Llosa. Junto a ellos también se encontraba la familia del escritor, destacando en especial la presencia de Patricia Llosa, quien siempre se ha considerado el gran amor de su vida.

God save the king?

Otras monarquías no viven el mismo esplendor que la de España y se enfrentan a un cambio significativo. Hablamos, como no, de la inglesa, que el próximo 6 de mayo dará la bienvenida de forma oficial a su Rey en una ceremonia de la que, cada vez, se tienen más detalles. Las últimas informaciones publicadas detallan que, además de tres días de fiesta y un simbólico almuerzo, en la coronación sonarán 27 canciones que no son God save the king Carlos III y la Reina Consorte Camila han elegido personalmente para amenizar la ocasión.

Sorprendentemente, Elton John no está entre los elegidos, sin o una variedad de artistas británicos que va desde Los Beatles con su mítico Come Together a otros más actuales y alternativos como Harry Syles, David Bowie o Coldplay. También habrá tiempo para escuchar a cantantes legendarios de las listas inglesas como Queen, Coldplay, Tom Jones o las Spice Girls.

Hasta que llegue el momento, ambos siguen presidiendo actos y visitando distintas zonas de Inglaterra en un intento de aumentar su popularidad. Esta misma semana, se trasladaron a Brick Lane, donde visitaron una mezquita. Para poder entrar, el hijo de la Reina Isabel II se quitó los zapatos y dejó al descubierto un roto en sus calcetines, algo que los tabloids no solo han resaltado por dejar al descuidado su impecable imagen, sino por ser un síntoma del tipo de reinado que le espera. Ya ha sido criticado en varias ocasiones por sus excentricidades y siempre ha sido conocido por su fuerte carácter, sus malos modos y sus exigencias.