La cláusula más llamativa del divorcio de la Infanta Cristina y Urdangarin
El exmatrimonio ha esperado a que su hija Irene cumpla 18 años, el próximo junio, para firmar los papeles
El silencio de Iñaki Urdangarin cuesta muy caro. El yerno favorito que acabó convertido en rana ha recibido jugosas ofertas por escribir un libro relatando sus vivencias tanto en las dependencias de Zarzuela como de la prisión de Brieva. Editores, productores de televisión y documentales se frotarían las manos con un material tan suculento que, de ver la luz, podría acabar generando un escándalo mayúsculo, similar al que han padecido en la Corona británica con el Príncipe Harry.
Un año después de publicarse las imágenes del todavía marido de la Infanta Cristina con su novia Ainhoa Armentia, el matrimonio aún no ha firmado los papeles de divorcio. Resulta evidente que no existe una vuelta atrás y la reconciliación es inviable, pero saben controlar bien los tiempos. Su hija Irene Urdangarin es aún menor de edad y, si tramitasen su divorcio ahora, tendrían que presentarse en un juzgado. Para evitar el ruido y show mediático han optado por esperar a que cumpla 18 años y la joven lo hará el próximo 6 de junio. De esta manera, lo resolverán con un notario y de manera discreta.
Respecto a las cláusulas que articularán su acuerdo, sin duda, la más llamativa es la que atañe a los aspectos económicos. Según Juan Luis Galiacho, los términos ya estarían perfilados y serían muy beneficiosos para Iñaki.
«La Infanta Cristina tendrá que pagarle al padre de sus hijos la cantidad mensual de 25.000 euros, una indemnización de dos millones de euros y poner a su nombre varios inmuebles, como el que el matrimonio tiene en la localidad francesa de Bidart». Unas palabras que no han sido confirmadas por ninguna otra fuente, ni por una voz oficial que, por supuesto, no lo hará nunca.
La Infanta Cristina trabaja como directora del Área Internacional de la Fundación La Caixa. Un empleo que compagina con el de la Fundación Aga Khan, donde desempeña funciones en el área de cooperación internacional con sede en Ginebra. Durante los últimos meses, se ha embarcado en varios viajes como Perú o la India.
La Infanta Cristina vivió momentos muy delicados al ver que el hombre al que apoyó incluso en su descenso a los infiernos, tras la imputación en el caso Nóos y sus días entre rejas, se apartó de su lado para echarse en brazos de otra mujer. Son muchas las lenguas que creen que una separación años atrás le habría ahorrado muchos problemas no solo a ella, sino a la imagen de la Casa Real.