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La «Barbie de la alta sociedad rusa» que sale con Putin tras la misteriosa desaparición de su última pareja
Tiene 32 años menos que él, es experta en ciberseguridad e hija de una senadora ultraconservadora
El interés público y mediático en torno a la figura del presidente de Rusia, Vladimir Putin, se mantiene siempre en un punto alto por razones evidentes, abarcando desde sus decisiones de estado hasta los aspectos más personales de su vida. En pleno ojo del huracán por la muerte del principal opositor en prisión Alexei Navalni, el dirigente podría haber encontrado de nuevo el amor gracias a Ekaterina Katya Mizulina.
Treinta y dos años más joven que él, es la directora de la Liga de Internet Segura de Rusia y ya ha sido bautizada por The Sun como una Barbie de la alta sociedad. «Los conocedores rusos afirman que tiene el tipo de apariencia que atrae particularmente a Vladimir Putin», afirmar medios del país.
Hija de la senadora ultraconservadora Yelena Mizulina, Ekaterina estudió Historia del Arte y Lengua Indonesia en la Escuela de Estudios Orientales y Africanos de la Universidad de Londres. Posteriormente, se licenció también en el Instituto de Países Asiáticos y Africanos y durante una primera etapa trabajó como traductora de chino en las delegaciones oficiales rusas en China.
Este supuesto romance también ha puesto de relieve la trayectoria y las opiniones de Mizulina, quien ha pasado de trabajar como traductora para delegaciones rusas a liderar iniciativas de censura en línea. Su determinación para controlar el flujo de información en la web ha sido evidente en sus declaraciones públicas, donde ha abogado por medidas drásticas contra los medios y las redes sociales.
Además, es ultraconservadora y abiertamente homófoba. En 2023, estuvo a favor de que los grupos de apoyo al colectivo LGTBIQ+ fueran calificados de extremistas y de que se prohibieran sus actividades en Rusia. «Primero, limpiaremos Ucrania de nazis y bandidos, y luego llegaremos a Google y Wikipedia», llegó a decir el año pasado.
La desaparición de Alina Kabaeva
La llamada «Primera amante» de Rusia, de 40 años, vivía una vida de glamour y misterio, pero supuestamente ha pasado los últimos meses refugiada en el palacio secreto del bosque de Putin. Desde 2008, la deportista olímpica ha sido objeto de continuas especulaciones de que es la amante secreta de Putin y la madre de sus hijos más pequeños.
Lo que desató los rumores de romance fue que ambos aparecieron en la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos de Invierno de 2014, donde ella era la portadora de la antorcha, con alianzas en sus dedos. Poco después, ella confirmó que estaba enamorada, pero nunca llegó a reconocer de quién.
Un famoso medio ruso apuntó que se conocieron en 2008 y que, fruto de la relación, nació una niña. Sin embargo, poco después de publicar las informaciones se vieron obligados a cerrar por supuestos problemas económicos. Al diario The Sun saber esto no le impidió publicar en 2018 que Kabáyeva estaba fuera del mapa debido a un nuevo embarazo, esta vez de gemelos.
Sergei Kanev, un periodista de investigación ruso, informó que dos semanas antes del nacimiento de los pequeños las fuerzas de inteligencia ocuparon el hospital donde iba a dar a luz y ocultaron cualquier tipo de filtración. Desde ese momento no se sabe nada de ella. «Putin ha estado escondiendo a sus dos hijas adultas bajo identidades falsas durante años. Si Alina dio a luz a sus hijos, su desaparición podría ser uno de los indicios más fuertes que apuntan a que se haya convertido en madre», explicaba.
Como era de esperar, Putin nunca ha hecho referencia a ninguna de estas suposiciones. La única declaración respecto a su vida privada se produjo en 2019 cuando aseguró que estaba dispuesto a volver a casarse. «Como una persona respetable tendré que hacerlo en algún momento», lo que desterraría la idea de que esté casado con Kabaeva, pero no destierra la posibilidad de su relación. Por ahora, sigue desaparecida.