Finca El Canto de La Cruz, en Colmenar Viejo
Los detalles más llamativos de la finca de Colmenar Viejo en la que Almeida y Teresa celebrarán su amor
El almuerzo tendrá lugar en la enorme terraza de El Canto de la Cruz, con unas vistas impresionantes de Madrid
la finca El Canto de la Cruz, situada en el término municipal de Colmenar Viejo, ha amanecido este sábado con los primeros paparazis tomando posiciones para tener el mejor ángulo desde el que retratar la llegada de invitados a la boda del año. La élite política y la aristocracia española se dan cita para celebrar la boda de José Luis Martínez-Almeida y Teresa Urquijo tras poco más de un año de relación.
El catering de Lhardy servirá el almuerzo en una gran terraza, situada detrás de la casa principal. La vivienda está decorada con varios trofeos de caza españoles y alberga una de las más completas bibliotecas cinegéticas. De la pared del salón principal cuelga un imponente oso negro disecado, cazado por la familia de la novia, dueña de la finca. El Debate tuvo acceso a la invitación de boda, de corte clásico y muy sencilla, en la que se incluye también la tarjeta con la lista de bodas con una ilustración de una cruz.
Invitación de boda de Almeida
Se trata concretamente de la cruz que se encuentra en la finca donde se celebra el convite, propiedad de los abuelos maternos de la novia, Teresa de Borbón-Dos Sicilias e Íñigo Moreno de Arteaga, marqueses de Laserna. El matrimonio compró la finca en 1991 y construyeron la vivienda. La cruz tampoco se encontraba originalmente en la finca, sino que fue instalada posteriormente.
Finca El Canto de la Cruz, en Colmenar Viejo
El Canto de la Cruz se extiende 25 hectáreas, en las que Teresa Borbón-Dos Sicilias cría caballos pura sangre árabe, de los más prestigiosos internacionalmente, con su Yeguada Flor de Lis. También se organizan concursos de equitación. La novia siempre ha sentido especial cariño por esta finca, pues desde pequeña ha ido a montar allí y además sirvió de refugio durante sus primeros meses de relación con Almeida, con el que empezó a salir en abril del pasado año.
La elección de la finca responde no solo al valor sentimental para la novia, sino también a que es un lugar que les garantiza privacidad e intimidad, conscientes de que ese día los paparazzis les perseguirán desde que pongan un pie en la iglesia del centro de la capital. Además, la terraza de la finca regala unas espectaculares vistas a Madrid.
