Las 5 anécdotas del banquete de gala de Carlos III en honor a los emperadores de Japón

La noche del martes en el Palacio de Buckingham estuvo llena de esplendor y refinamiento. Aunque el lujo y las tiaras deslumbrantes fueron protagonistas, lo que más destacó fue la sintonía entre el Rey Carlos III, la Reina Camila y sus ilustres invitados, el emperador Naruhito y la emperatriz Masako. Este fue el primer banquete de Estado del rey desde que fue diagnosticado de cáncer. Los emperadores japoneses llegaron a Londres el sábado y disfrutaron de actividades relajadas durante el fin de semana. La visita, que se extenderá hasta el jueves, se ha programado para evitar coincidir con las elecciones legislativas británicas del 4 de julio.

Este encuentro ha servido para estrechar aún más los lazos entre ambos países. También estuvo presente el Príncipe Guillermo, aunque sin la compañía de Kate Middleton, quien está en tratamiento contra el cáncer. La princesa Ana tampoco pudo asistir, ya que se está recuperando de una conmoción cerebral, tras ser golpeada en la cabeza por un caballo. Apoyando al monarca y a su esposa, estuvieron los duques de Gloucester y los duques de Edimburgo.

Los invitados fueron recibidos en el salón de baile del Palacio de Buckingham con una selección de aperitivos que incluían canapés de salmón con verduras verdes, miniaturas de frambuesas, tartaletas de crema y exquisitas trufas, preparando el paladar para un menú de cuatro platos diseñado por el chef real. El menú principal presentó langostinos escoceses, rodaballo de Cornualles, huevos de codorniz y, como postre, una bomba de helado con sorbete de melocotón. Todo esto se sirvió en una vajilla dorada con el emblema de Carlos III en el centro.

El mimetismo de Camila con Masako y el significado de sus importantes joyas

Este viaje de Estado ha dejado varias anécdotas interesantes. Los atuendos, por supuesto, no han decepcionado en absoluto. El blanco ha sido el color que ha unido a Camila y Masako en esta visita oficial, donde ambas optaron por este tono protocolario. En Japón, el blanco siempre ha sido un color positivo, simbolizando buenos augurios y pureza en la sociedad tradicional, además de ser considerado sagrado. Durante la ceremonia de bienvenida, la esposa de Carlos de Inglaterra y la emperatriz japonesa destacaron por su estilo. Camila, en un gesto de cortesía hacia sus invitados, lució un elegante vestido blanco de Fiona Clare con bordados en la parte frontal y en los puños.

Más allá del esplendor del vestido, varios detalles del look de Camila captaron la atención. Primero, llevaba la insignia de la Orden de la Familia Real con el retrato del Rey Carlos III, pintado por Elizabeth Meek, la primera vez que la lucía. Esta distinción se otorga solo a los miembros femeninos de la Familia Real. Curiosamente, hace solo unas semanas, la Reina Mary de Dinamarca también estrenó la Orden Familiar de Federico X en un retrato oficial de la pareja, poco antes de celebrar su vigésimo aniversario de bodas y su primer posado como monarcas. Además, Camila llevaba otra insignia con el retrato de la reina Isabel II. Por otro lado, optó nuevamente por la tiara de rubíes de Birmania, una joya que perteneció a la Reina Madre y que Camila ya había usado en la cena de Estado en honor del presidente de Corea del Sur el año pasado.

Por su parte, Masako de Japón lució por primera vez la tiara de los crisantemos, una joya imperial reservada para las emperatrices, usada únicamente por Michiko, la madre de Naruhito, y que no se había visto en público desde 2012.

La tiara con la que Sophie de Edimburgo ha recordado a Kate Middleton

Sophie de Edimburgo, la cuñada de los Reyes Carlos y Camila, ha emergido como uno de los pilares esenciales de la familia real británica desde la partida de Meghan Markle y el príncipe Harry. En este evento destacado, captó la atención al seguir el protocolo real al lucir la Tiara Flor de Loto, que hasta ahora solo había sido vista en público con Kate Middleton.

Esta joya de diamantes tiene una historia única en la realeza británica, comenzando como un collar que Jorge VI regaló a la difunta Reina Madre en abril de 1923, diseñado por Garrard, el joyero oficial de la corona durante muchos años. Un ejemplo notable fue cuando la Princesa de Gales la exhibió en 2022 en el Palacio de Buckingham, combinándola con un deslumbrante vestido rojo de estilo sirena durante una recepción del Cuerpo Diplomático.