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28 de septiembre de 2024

La Familia Real de Luxemburgo al completo

La Familia Real de Luxemburgo al completoGTRES

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Racismo, maltrato e hijos ilegítimos: los escándalos que rodean al Gran Ducado de Luxemburgo

En veintitrés años de reinado, Enrique de Luxemburgo ha vivido en una atmósfera repleta de polémicas

Enrique de Luxemburgo eligió el Día Nacional del país –el pasado 23 de junio– para comunicar que, a partir del próximo octubre, cederá sus funciones a su hijo mayor, Guillermo. Así lo indicó en un comunicado, en el que revelaba que será este quien asuma el gobierno junto a su mujer, Stéphanie de Lanoy.

Sin embargo, no se trata de una «abdicación» al uso, sino un mero traspaso de poderes. Enrique de Luxemburgo conservará su título oficial como Gran Duque, pero será su primogénito quien le represente y a quien delegue algunas tareas del Reino.

En sus veintitrés años como representante del país, Enrique de Luxemburgo ha intentado conservar la buena imagen de la corona heredada por su padre. Aunque, eso sí, no ha estado exenta de polémica. La primera llegó justo después de su proclamación en 2002. La gran duquesa María Teresa hacía pública a un grupo de periodistas una declaración que levantaría asperezas en todo el territorio: «Mi suegra quiso destruir mi matrimonio por mi origen plebeyo».

Pese a pedir la mayor discreción posible, la cita fue fielmente reproducida en medios de comunicación locales con otras en las que aseguraban que Josefina Carlota se dirigía a ella como «criolla» o «la pequeña cubana».

Nacida en Cuba, María Teresa Mestrte Batista procede de una de las familias más acaudaladas de La Habana. Pasó su infancia en Nueva York, a donde se mudó tras el estallido de la Revolución Cubana. Después llegarían dos mudanzas más: primero, a Santander –tenía ascendencia española por parte de su abuela–, y después, a Suiza, donde conoció a Enrique.

Grand Duke Henri of Luxembourg and Grand Duchess Maria Teresa of Luxembourg during the Welcome Ceremony and meeting at the RoyalPalace in Brussels

Los Grandes Duques de Luxemburgo, en una imagen de archivoGTRES

El nacimiento de sus cinco hijos –Guillermo, Félix, Luis, Alexandra y Sebastián– y el paso del tiempo apaciguaron el conflicto de sus limitados orígenes aristocráticos. Pero el reinado solo se tranquilizó hasta 2008 cuando Enrique se negó a firmar la ley que legalizaría la eutanasia, alegando su conciencia católica.

El Parlamento decidió, entonces, limitar los poderes del gran duque en un acto sin precedentes que fue criticado por toda la población del país. El revuelo generado fue tal que, un año después, el jefe de Estado recibió dos reconocimientos por su buena labor católica. El primero, del Vaticano en nombre del Papa, y el segundo, el premio Van Thuan, en reconocimiento por su defensa de los derechos humanos, la vida y la libertad religiosa.

La buena imagen que el pueblo tenía de sus grandes duques duró apenas unos meses. El tiempo que tardó en hacerse público el conocido como informe Waringo: 44 páginas a petición del Gobierno de Luxemburgo que pretendía ser un ejercicio de transparencia, pero terminó desvelando el pésimo trato de Enrique y María Teresa a sus empleados.

Los Príncipes Louis, Alexandra y Sebastián de Luxemburgo

Los Príncipes Louis, Alexandra y Sebastián de LuxemburgoGTRES

Realizado por el exdirector de la Inspección General de Finanzas, Jeannot Waringo, el informe describe el mal ambiente generado por ambos en el castillo tras pasar seis meses con ellos. «Desde los primeros días de mi presencia en Palacio, he sentido una cierta ansiedad en los empleados, como el miedo a ser castigados o a perder su trabajo», declaró.

Además, apuntaba que en cuestión de 5 años, entre 2014 y 2019, 51 de los 106 trabajadores abandonaron su puesto: 11 fueron despedidos; 16, dimitieron por distintas causas, y a 8, se les rescindió el contrato sin previo aviso ni explicación. «Hay signos que no son engañosos. Noté, ya sea correcta o incorrectamente, que la alegría y el humor eran raros en las discusiones y charlas entre colegas. Todos son cuidadosos y sopesan sus palabras».

Los medios, además, responsabilizaron a la gran duquesa, tras apuntar que se extralimitaba en sus funciones, que estaba «fuera de control» y que nadie se atrevía a enfrentarse a ella. Su marido llegó a publicar un comunicado en su defensa alegando que la estaban tratando injustamente, al mismo tiempo que defendía su labor social en cuestiones como la lucha de la violencia sexual.

El Príncipe Louis renunció a sus derechos dinásticos

El Príncipe Louis renunció a sus derechos dinásticosGTRES

Pese a que el escándalo resonó durante meses en el país, las aguas volvieron a su cauce y el informe terminó olvidado en el fondo de un cajón. Como también lo hizo la polémica en torno al tercero de sus cinco hijos, Louis de Luxemburgo. No forma parte de la línea de sucesión al Gran Ducado por haber tenido un hijo fuera del matrimonio con una joven a la que conoció con 18 años mientras se encontraba en el ejército como parte de una misión de la OTAN.

Tras el nacimiento de Gabriel, el Príncipe Louis renunció a sus derechos dinásticos para poder casarse con Tessy Antony. La pareja se casó en la misma iglesia en la que bautizaron a su hijo en un ambiente íntimo sin la habitual recepción de altos dignatarios y miembros de otras Casas Reales. Una década después, anunciaron su divorcio.

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