La famosa serie con la que el andaluz Broncano aprendió a hablar catalán
El presentador de Jaén se sinceró en su programa 'La Revuelta'
David Broncano, el presentador jienense, presumió este martes del dominio del catalán. La historia de cómo llegó a este punto es, por decirlo de alguna manera, digna de un guion de comedia.
Todo comenzó en su infancia, cuando el pequeño Broncano, ansioso por ver Bola de Dragón, se encontró con un obstáculo monumental: Canal Sur no la emitía. Con la determinación de un verdadero guerrero Z, Broncano recurrió a su ingenio y a una parabólica de su padre que le permitía sintonizar TV3. «Cuando era chico yo vivía en Jaén y mi padre tenía una parabólica, y yo quería ver ‘Bola de Dragón’... lo hacían en TV3», recordó con una risa. Así, en lugar de los épicos combates en japonés, se vio inmerso en un universo de «llum, foc, destrucció» (luz, fuego, destrucción). «A los doce años, decía: ‘joer, no es tan difícil el japonés’», bromeó, dejando claro que su afán por entender el idioma catalán estaba más que justificado.
Por eso, en el último programa de La Revuelta, Broncano se presentó como un estudiante de catalán autodidacta. Durante la entrevista con el actor catalán Eduard Fernández, el presentador se animó a expresar su voluntad de realizar la charla en catalán. «Puedo hacer la entrevista en catalán si quieres, porque és el meu segon idioma», afirmó con una sonrisa de complicidad. La reacción de Fernández fue de sorpresa y agrado, reafirmando que «se recibe superbién» a quienes hacen el esfuerzo de hablar en catalán, independientemente de su nivel. Aquí, Broncano logró algo más que una simple charla; abrió un espacio de respeto hacia la diversidad lingüística de España.
El momento se volvió viral, no solo por su destreza lingüística, sino por el tono amigable y desenfadado con el que lo abordó. Su afirmación de que «España és un país diversu» resonó con muchos, haciendo eco de un sentimiento de unidad en la diversidad. Después de todo, la capacidad de adaptarse y aprender es un valor fundamental, y Broncano lo ejemplificó con un estilo propio que desarma cualquier resistencia. Es cierto que su uso del catalán era más bien chapurreado, pero eso no le restó autenticidad. Al contrario, sumó risas y un buen ambiente, algo que siempre ha sido su sello personal.
Los catalanes, históricamente sensibles a la cuestión lingüística, aplaudieron este gesto que, para muchos, significó un soplo de aire fresco en la televisión nacional. En un país donde a menudo se ignoran las particularidades culturales, Broncano se atrevió a dar un paso adelante y a reivindicar la lengua de manera divertida y accesible. «¿Cómo recibís a la gente que hable el catalán como yo lo hablo, como un esfuerzo o como una ofensa?», preguntó Broncano con la inquietud de un niño que teme a la respuesta. Pero su interlocutor fue claro: «Hablas muy bien».