La fiesta de Esperanza Aguirre en su casa de un céntrico barrio de Madrid
La expresidenta de la Comunidad de Madrid reunió a su familia, esta semana, por dos importantes aniversarios
El final de 2024 se presenta como un cierre de fiesta para Esperanza Aguirre. Ha celebrado las bodas de oro con su marido Fernando Ramírez de Haro, conde de Bornos, quien además ha cumplido 75 años.
La familia vivió una jornada especial este 17 de diciembre. Asistieron a una misa en la iglesia de Nuestra Señora de los Alemanes, ubicada cerca de su casa en el barrio madrileño de Malasaña. A este acto religioso asistieron hijos, nietos y hermanos. La celebración continuó en su domicilio, donde los condes de Bornos compartieron una tarde muy familiar, rodeados de sus seis nietos, quienes asistieron a la reunión vestidos elegantemente, algunos con corbata, como pudo comprobarse en el vecindario.
Además de la numerosa familia, los hijos de Aguirre y Ramírez de Haro también estuvieron presentes. Su hijo mayor, Fernando, presidente de Savills Investment Management en España y Portugal, llegó acompañado de su esposa, Carolina de Oriol y Miranda, nieta del exministro de Justicia Antonio María de Oriol y Urquijo. Álvaro, el hijo menor, que es socio del bufete Pérez Llorca en Londres, también participó en la celebración, junto a su esposa, Astrid Thams, asturiana de origen alemán y directora general del torneo de pádel Hexagon Cup.
Su historia de amor
La historia de amor entre Esperanza Aguirre y Fernando Ramírez de Haro podría ser perfectamente el guion de una comedia romántica. En su primera cita, nada de cenas elegantes ni planes sofisticados: Fernando optó por llevar a la expresidenta madrileña a patinar y luego, para rematar, a comer hamburguesas.
La boda, celebrada el 1 de septiembre de 1974, estuvo cargada de anécdotas. No solo fue un día especial para ellos, sino que Esperanza compartió el altar con su hermana Isabel, que también se casaba ese mismo día con Gonzalo Ussía, hermano del escritor Alfonso Ussía. Pero la verdadera sorpresa llegó cuando, en pleno día de la boda, Fernando olvidó los anillos. No hubo pánico, solo improvisación, y, con un poco de ingenio, los invitados terminaron siendo parte del acto entregando sus propios anillos. Un toque «casual» que añadió aún más carácter a la ceremonia.
El amor entre Esperanza y Fernando ha pasado por pruebas que habrían derrumbado a cualquiera. En 2020, Fernando sufrió un ictus y fue ingresado de urgencias. Este episodio llegó solo seis meses después de que ambos dieran positivo por coronavirus y fueran hospitalizados en la Fundación Jiménez Díaz. Él pasó cuatro días en el hospital, pero, como no podía ser de otra manera, se recuperó completamente, demostrando que nada puede detener este amor inquebrantable.
Esperanza, por su parte, ha vivido situaciones que pocos podrían imaginar. Ha sobrevivido a un accidente de helicóptero, a un atentado terrorista y a la pandemia del COVID-19. Con su característico humor, comentó en una charla con Vanity Fair: «Yo creo que los madrileños tenemos siete vidas, como los gatos. Me van quedando menos». Y aunque su carrera política estuvo marcada por grandes desafíos, en 2011, logró una victoria histórica con su mayoría absoluta en las elecciones a la presidencia de la Comunidad de Madrid, duplicando en votos y escaños al PSOE, consolidándose como una de las figuras más poderosas del país.