La Princesa Leonor no aprendió a navegar en España

En 2014, el primer verano como heredera, se esperaba que Leonor se apuntase a la escuela de vela próxima al palacio balear de Marivent. Fue un verano atípico para la familia real y para la familia del rey. Era el primer año que tuvimos un rey, Felipe VI y dos reinas, Sofía y Letizia, en Marivent. El otro rey, Juan Carlos I, decidió dejar de veranear en Mallorca e instalarse en Sanxenxo.

Ese agosto de 2014 se esperaba que por fin, tanto Sofía como Leonor pudieran hacer su primer curso de vela. Ambas tenían más de seis años, único requisito que se necesitaba para aprender en la escuela cercana a Marivent.

Todos los lunes a las diez de la mañana comenzaban los nuevos cursos de iniciación en la Escuela de Vela de Calanova, a tres minutos en coche o a diez andando desde el palacio de Marivent. Es la escuela a la que han acudido todos los Borbón, Gómez-Acebo, Marichalar y Urdangarin. Allí pasaban el día hasta las cinco y media que acababan las clases. Ahí se hizo la famosa foto de Froilán jugando con las brochetas de chucherías, intentando clavárselas a sus primos, que tanto dieron que hablar porque fue el inicio de su fama y que sólo era un juego entre los primos, mientras que Leonor y Sofía disfrutaban de una «merendola» como la llamaba Froilán, ajenas a las miradas de su madre. El curso de vela costaba como unos 179 euros, con la comida aparte. Ellos llevaban en sus mochilas los bocadillos, como hacían su abuelo Juan Carlos y su tío Felipe los días de regatas.

Pero ese primer año de sus padres como reyes, las niñas no se apuntaron. En 2015, 2016 y 2017 tampoco y la pregunta siempre estaba en el aire. En una de esas ocasiones, supongo que harto de escucharme, don Felipe me contestó «no hay que presionarlas, cuando ellas quieran y si quieren, navegarán». Y por fin, ese día llegó y nos enteramos casi por casualidad y dada mi perseverancia en la reiterada pregunta anual.

Con trece y once años en 2018 se fueron por primera vez a pasar un mes fuera de España a un campamento de verano en Estados Unidos y en 2019 repitieron la experiencia. cuando les preguntamos por esa experiencia nos dieron más detalles y ahí es cuando ambas nos desvelaron que sí que navegaban, pero fuera de España y precisamente en esos campamentos veraniegos. En aguas americanas aprendieron a navegar.

En 2018, cuando Leonor tenía trece años, el posado veraniego familiar se trasladó al palacio oficial de la Almudaina, que le sirvió a la princesa para conocerlo de cerca porque hasta la fecha no lo había pisado nunca. Allí supimos que sí, que sabía navegar, que había aprendido en Estados Unidos y al año siguiente, había repetido experiencia náutica. La pandemia cortó con esa actividad porque ya no volvieron al campamento veraniego en Estados Unidos, que les enseñó las artes náuticas. Fueron las propias protagonistas las que descubrieron esa faceta, aunque la actividad que más nos llamó la atención fue un curioso juego, el «ga-ga» que les encantaba practicar en el campamento y que no era otro que nuestro «balón prisionero» pero en una pista cerrada.

Ahora en la Academia militar de Marín esos conocimientos básicos de náutica, que aprendió la Heredera en los campamentos americanos, los ha puesto en marcha y aunque no ha competido nunca en las regatas de Mallorca y quién sabe, si el próximo verano quiere probar suerte junto a su padre, ya que el barco Aifos es propiedad de la Armada y su tripulación también es militar. Lo haga bien o lo haga mal, su meta no es ser regatista. La realidad es que Leonor será Capitana General de los tres Ejércitos y su paso por la escuela naval es una toma de contacto y formación para el cargo de representación que tendrá. También es cierto que Leonor no es la excepción, por su escasa afición por la náutica hasta ahora, porque el Juan Sebastián Elcano puede marcar un antes y un después, ya que en esta última generación Borbón no han salido muy lobos de mar, son más de pádel surf, balonmano y motos de agua.