Las tres fincas de Paquirri que Isabel Pantoja quiso ocultar

Isabel Pantoja ha comenzado una nueva etapa en su vida mudándose a Madrid, después de encontrar una casa en La Finca, uno de los barrios más exclusivos de la capital. Con este cambio de ciudad y hogar, la cantante andaluza dejaba atrás su emblemática finca de Cantora, en Medina Sidonia (Cádiz), un lugar que durante años fue su refugio personal y donde pasó sus mejores años familiares. Sin embargo, lo que parecía ser un nuevo comienzo para Isabel está marcado por una sombra del pasado que aún persigue a la tonadillera: la herencia de Paquirri.

Aunque han pasado más de cuatro décadas desde la trágica muerte de Paquirri, el 26 de septiembre de 1984, a causa de una fatal cornada en Córdoba, los asuntos relacionados con el legado del torero siguen siendo una presencia incómoda en la vida de Isabel Pantoja, madre de Kiko Rivera. Ahora se ha revelado que Francisco Rivera no solo le dejó la finca de Cantora en su testamento, sino también otras tres propiedades que Isabel Pantoja nunca asumió oficialmente como suyas, y que siguen registradas en el Registro de la Propiedad a nombre del torero fallecido.

Paquirri dejó tres fincas en total en Andalucía, y la revista Semana ha tenido acceso a los documentos que detallan estas propiedades, revelando detalles desconocidos sobre su destino. Una de estas fincas, conocida como El Guatito, incluye dos terrenos que originalmente eran fincas separadas, una de 27 hectáreas y otra de 16 hectáreas, ambas en Medina Sidonia en Cádiz que cuenta con una población de poco más de 11 mil habitantes. Estas dos fincas juntas hacen 43 hectáreas.

En cuanto a los pagos, cuando Pantoja vendió El Guatito a Ángel Vilariño en 1992, el contrato establecía que el comprador debía pagar un total de 80 millones de pesetas (unos 500.000 euros). El pago se dividió en tres partes: 20 millones de pesetas se pagaron al firmar el contrato, y los otros 60 millones se dividieron en dos pagos de 30 millones cada uno, que debían ser abonados en enero de 1993 y enero de 1994. Según el citado medio, Vilariño cumplió con los pagos establecidos, y tras su fallecimiento, la propiedad pasó a su hijo. Sin embargo, a pesar de que la propiedad pasó a un nuevo dueño, el nombre de Paquirri sigue figurando como propietario oficial en los registros, incluso después de que la finca haya tenido tres propietarios desde la muerte del torero.

Pero la historia no termina ahí. La Garza, otra finca que Paquirri le regaló a su primera esposa, Carmina Ordóñez, también sigue en el aire. Isabel Pantoja vendió este terreno a Encarna Sánchez en 1994, pero, al igual que en el caso de El Guatito, el nombre de Paquirri y Carmina sigue figurando en el registro. Tras la muerte de Encarna, la finca pasó a su mayor heredera que fue Clara Súñer, quien la vendió a Ángel Vilariño, el mismo comprador de las otras propiedades de Isabel. De nuevo, Paquirri sigue apareciendo como dueño registrado, ya que nunca se modificó la titularidad.