Los Saboya exigen a Italia la devolución de sus joyas
El tesoro de la antigua familia real de casi 7.000 diamantes y 2.000 perlas se encuentra depositado en el Banco de Italia desde hace 76 años. Ahora los Saboya presentarán una demanda al Gobierno de Italia para recuperar sus joyas reales
Los herederos del último rey de Italia, Humberto II, reclaman las joyas de la corona que hasta el momento custodiaba el Banco de Italia en el centro de Roma desde junio de 1946. El tesoro real, compuesto por 6.732 diamantes y 2.000 perlas, está integrado por un sinfín de pulseras, collares, tiaras, anillos y pendientes.
Humberto II era de un carácter exquisito, amante de la historia y de cualquier forma de arte, también la joyería. Esto hizo que se sintiera orgulloso de la gran colección familiar que poseía, no solo por su importancia histórica, sino también por su belleza. Sin embargo, tras reinar durante solo 33 días –pues tuvo que acatar los resultados del plebiscito celebrado en junio de 1946–, los italianos optaron por la República como forma de Estado y Humberto II tuvo que entregar las joyas reales a Alcide De Gasperi, primer ministro de la nueva proclamada república, alegando que las alhajas de la corona se entregaban a los reyes como «dotación» para que pudiesen desempeñar sus funciones y no como propiedad personal. Además, en el acta de entrega de las joyas al banco se indica que deben ser conservadas y «mantenidas a disposición de quienes tengan derecho a ellas».
La reciente demanda de la familia Saboya por parte del príncipe Víctor Manuel y las princesas María Gabriela, María Pia y María Beatriz, al no estar claro si lo citado en la carta de entrega hacía referencia al Estado italiano o la familia Saboya, interpreta que les pertenecen. Con el inicio de la República, todos los bienes muebles e inmuebles de la familia real fueron confiscados por el Estado italiano, como indica su Constitución. Los bienes inmuebles se incautaron al momento; sin embargo, con las joyas no sucedió lo mismo. El representante legal de la familia ha alegado que «según la normativa, el banco es el depositario y debe devolver las joyas a los depositantes, los herederos».
Esta interpretación ha sido rechazada esta semana por el gobierno italiano en un intento de mediación con Manuel Filiberto de Saboya, representante en el encuentro de su padre y sus tías. «Es ridículo que las joyas lleven todo este tiempo en una cámara acorazada. El Estado nunca ha demostrado que quiera exponerlas», comentó Manuel a la salida de dicho encuentro.
En 2006, la región de Piamonte, cuna del ducado, pidió que las joyas se expusieran al igual que hacía la Corona británica, iniciativa que aceptó el ex gobernador del Banco de Italia, Mario Draghi, pero nunca llegó a concretarse. La familia Saboya tiene la intención de continuar con esta con su demanda y ha dado un plazo de diez días para devolver las joyas antes de abrir una batalla legal.
María José de Bélgica, esposa de Umberto II, o Margarita Teresa de Saboya, abuela de este, lucieron en aquel entonces las joyas reclamadas, cuyo valor aún no ha sido calculado con precisión. Según la prensa italiana, desde que el tesoro real llegó a posesión del banco solo fue abierto una vez, en 1976, cuando la empresa Bulgari tasó la colección en unos 18 millones de euros.