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Bader sentado en su Hurricane como comandante del escuadrón 242 después de Batalla de Francia

Bader sentado en su Hurricane como comandante del escuadrón 242 después de Batalla de Francia

El piloto británico que luchó en la Segunda Guerra Mundial con dos piernas de acero

Fue el único piloto del mundo en aquel entonces que participaba en combate con ambas piernas artificiales. Douglas Bader llegó a convertirse en uno de los jefes de regimiento británicos cuya inquebrantable tenacidad en la Batalla de Inglaterra contribuyó a salvar a su patria

El tema de la caballerosidad tiene un ejemplo nítido en un episodio que se registró entre ingleses y alemanes en aquel verano de 1941. Uno de los más brillantes pilotos de caza de la Real Fuerza Aérea inglesa (RAF), el Wing Commander Bader, célebre en Gran Bretaña, fue derribado en un combate sobre el distrito del Paso de Calais. Jamás se pudo decir a ciencia cierta a cuál de los pilotos germanos correspondía ese derribo durante la intensa Batalla de Inglaterra.

El as de la aviación de caza británica, el piloto Bader, cayó prisionero de los alemanes y preguntó quién era su vencedor, dado que consideraba deprimente que pudiera ser «un simple cabo primero». No fue posible establecer con certeza la identidad del vencedor, así que los alemanes, para no ofender al adversario derrotado, eligieron a un joven teniente rubio y de buena presencia, presentándoselo como su vencedor.

Bader, en el derribo de su Spitfire, perdió sus piernas postizas, que eran de acero. Fue llevado al hospital de Saint-Omer en estado bastante delicado, y su primera pregunta se refirió a sus piernas artificiales. Los mecánicos germanos las pusieron en condiciones, y el piloto inglés Bader quedó contentísimo.

Bader, Flt Lt Harry Day y Fg Off Geoffrey Stephenson durante el entrenamiento para el espectáculo aéreo de Hendon de 1932, con un Gloster Gamecock

Bader, Flt Lt Harry Day y Fg Off Geoffrey Stephenson durante el entrenamiento para el espectáculo aéreo de Hendon de 1932, con un Gloster Gamecock

La historia del piloto inglés es breve y ejemplar: marca el triunfo de la voluntad sobre las circunstancias. Bader, en 1931, perdió ambas piernas en un accidente de aviación. Aun así, siguió volando y, cuando comenzó la Segunda Guerra Mundial, fue admitido en la RAF, la aviación británica.

Fue el único piloto del mundo en aquel entonces que participaba en combate con ambas piernas artificiales. A pesar de ello, Bader ascendió rápidamente hasta convertirse en uno de los jefes de regimiento británicos cuya inquebrantable tenacidad en la Batalla de Inglaterra contribuyó a salvar a su patria.

Los pilotos alemanes fueron a buscar al Wing Commander al hospital, siguiendo todas las reglas de la etiqueta más caballerosa. El huésped británico quedó gratamente sorprendido por el carácter cordial de la recepción, aunque no logró deponer del todo su desconfianza, oculta tras su afabilidad de hombre de mundo. Bader, en efecto, se cuidó de no hacer la más mínima declaración de índole militar que pudiera ser aprovechada por sus captores. Existía, de forma general, la más estricta prohibición de interrogar a los prisioneros: esa tarea estaba reservada a los especialistas.

Douglas Bader, el piloto sin piernas

Douglas Bader, el piloto sin piernas

Bader preguntó al coronel Galland si podía hacer arrojar sobre Inglaterra una comunicación para informar a su esposa y a sus chicos de que se encontraba bien, y pedir al mismo tiempo que se le enviaran nuevas piernas artificiales, un uniforme mejor que el de faena y una pipa nueva, en sustitución de la que se le había roto en la caída, ya que rechazó las pipas que le ofrecían los alemanes.

El enmascaramiento magistral del aeródromo alemán suscitó su interés como experto en la materia. Bader pidió permiso a Galland —as de caza y veterano de la Legión Cóndor en la Guerra de España— para dar una vuelta solo en un Messerschmitt Bf 109, avión que dijo admirar. A lo que el coronel de la Luftwaffe se negó cordialmente, pues sabía que el aviador inglés era muy aficionado a fugarse.

Sin embargo, el Alto Mando alemán autorizó pedir a los ingleses las piernas artificiales de repuesto y la pipa que Bader tenía en su domicilio. Tomaron contacto con la Real Fuerza Aérea mediante la frecuencia internacional de salvamento marítimo para convenir un corredor aéreo libre por el cual pudiera aterrizar, en un lugar cercano a la costa, un piloto británico que entregara tranquilamente lo que Bader necesitaba. La operación fue aprobada en persona por el mariscal Göring, quien había pertenecido a la escuadrilla del mítico Manfred von Richthofen, el Barón Rojo.

La recepción del mensaje fue confirmada por los británicos, al igual que su aceptación. Poco después, Bader desapareció: se evadió desde el piso superior del hospital.

La cuestión se volvió aún más ingrata a causa de las piernas artificiales que se habían solicitado para el piloto inglés. Los británicos no esperaron otros detalles tras la primera comunicación y, aprovechando el pasillo aéreo ofrecido por los alemanes, los aviones de la RAF lanzaron bombas y fuego automático sobre diversos objetivos materiales cercanos a Saint-Omer.

No obstante, informaron a los alemanes de que no solo habían arrojado bombas —como estos habrían comprobado—, sino también las piernas artificiales. En efecto, encontraron un voluminoso cajón marcado con una cruz roja y la indicación en alemán: «Este bulto contiene las piernas artificiales para el 'Wing Commander' Bader, prisionero de guerra».

El as alemán Galland escribió en sus memorias valorando este episodio: «Bombas y caridad no hacen juego». No faltaron críticos que opinaron que, de esa forma, se ofrecía un ejemplo de lo que los británicos interpretaban por fair play.

Bader fue recapturado al poco tiempo y sometido a un régimen más estricto que en sus dos anteriores fugas de distintos campos de prisioneros. Intentó varias evasiones más, en las que volvió a demostrar su coraje.

Después de la guerra, en 1950, dijo a un periodista alemán que lo entrevistó: «Yo no soy de aquellos que consideran la guerra como un partido de cricket, en el cual los competidores primero golpean y luego se dan la mano…».

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