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Lago 578 en el sur de Groenlandia, donde se realizó la investigación

Lago 578 en el sur de Groenlandia, donde se realizó la investigaciónRS Bradley / Universidad de Massachusetts Amherst

Descubren la razón por la que los vikingos abandonaron Groenlandia

Un estudio halla la razón por las que los nórdicos abandonaron sus colonias en el Sur de Groenlandia en el siglo XV: no fueron las altas temperaturas, sino la sequía

Durante muchos años, los científicos se han preguntado por qué los vikingos decidieron abandonar Groenlandia. Las altas temperaturas asociadas con la Pequeña Edad de Hielo pudieron haber sido uno de los factores de su salida, pues hacían que vivir en las colonias fuera insostenibles. Sin embargo, un nuevo estudio dirigido por la Universidad de Massachusetts Amherts (UMass Amherst) sugiere que el aumento de aridez –y no el cambio de temperatura– contribuyó al abandono nórdico de Groenlandia en el siglo XV.

El cambio de temperatura ha sido citado a menudo como explicación a la desaparición del asentamiento, sin embargo no se tiene información suficiente sobre la temperatura y ni del hidroclima que permita afirmar esto. Por lo que el estudio publicado recientemente en la revista Science Advance observa cómo ha variado el clima cerca de las colonias nórdicas. Para ello han recogido muestras del lago demonizado 578, a nueve kilómetros de una antigua granja nórdica y donde han pasado tres años para obtener un registro continuo durante los últimos 2000 años.

«Antes de este estudio, no había datos del sitio real de los asentamientos vikingos. Y eso es un problema», indicaba Raymond Bradley, profesor de Geociencia en la UMass Amherst y quien ha liderado esta investigación.

Se analizaron las muestras en busca de dos elementos: el primero, un lípido conocido como BrGDGT, que serviría para reconstruir la temperatura. «Si se dispone de un registro lo suficientemente completo, se puede relacionar directamente el cambio de estructura de los lípidos con el cambio de temperatura», afirmó Isla Castañeda, otra de las autoras del estudio.

El segundo elemento que se extrae de la capa cerosa de las hojas de las plantas y que serviría para determinar las tasas a las que los pastos y otras plantas ganaderas perdieron agua por la evaporación. «Lo que descubrimos», comenta Boayand Zhao, autor principal del estudio, «es que, aunque la temperatura apenas cambió en el transcurso del asentamiento nórdico en el sur de Groenlandia, se volvió constantemente más seco con el tiempo».

El clima en el sur de Groenlandia no es el propicio para la cría de animales, pero los antiguos granjeros disfrutaron los primeros años de unas condiciones climáticas que ayudaron a un crecimiento favorable de la agricultura, según indica las reconstrucciones del equipo de Bradley. Pero las condiciones cada vez más secas habrían limitado los pastos y el rendimiento de forraje que era imprescindible para el sustento de los animales durante el invierno.

En esas condiciones, las diversas sequías prolongada, además de otras presiones económicas y sociales, pudieron haber presionado lo suficiente como para hacer insostenible el asentamiento oriental.

Erik el Rojo y su excelente propaganda

Desterrado durante tres años, Erik el Rojo se embarcó en varias expediciones. En una de ellas viajó hacia el Oeste descubriendo el territorio de Groenlandia. Aunque ya hubo otros exploradores que llegaron a pisar las tierras verdes de Groenlandia (Gunnbjörn Ulfsson ya divisó esta zona de forma fortuita tras ser arrastrado por los fuertes vientos y que denomino la isla de Gunnbjörn o Gunnbjarnarsker), Erik es conocido como el primer descubridor de Groenlandia.

Terminado su exilio, volvió a Islandia trayendo bajo la manga diferentes historias de la llamada «tierra verde» para poder atraer a un gran número de personas y crear varios asentamientos en el territorio. Las historias que contó consiguieron atraer a un gran número de irlandeses que vieron en la nueva tierra prometida una oportunidad para poder empezar de cero una nueva y próspera vida tras haber sufrido diversas hambrunas. El asentamiento vikingo en la isla no superó los 5.000 habitantes y empezó su declive a finales del siglo XIII hasta el abandono definitivo dos siglos más tarde.

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