27 de abril de 1922: incendio en el Palacio de la Aduana, Málaga

El Debate informaba del «horroroso incendio» en el edificio de la Aduana, donde estaban instaladas la Delegación de Hacienda, el Gobierno civil, la Diputación provincial, la Comandancia de Carabineros. El edificio albergaba, numerosas dependencias administrativas cuando se desencadenó el incendio, además, en las buhardillas residían las familias de los funcionarios que trabajaban en el edificio. «El fuego adquirió una gran violencia y pronto las llamas coronaron la parte alta del inmueble formando una inmensa hoguera», se podía leer en primera plana.

Este incendio se cobró la vida de 28 personas. Al comenzar el incendio en el último piso de la casa, se produjo el pánico. La noticia conmocionó al país entero por los sucesos que se produjeron: muchos, al ver imposible escapar de las llamas, se arrojaban por los balcones para salvar, de alguna manera, sus vidas. A las tres de la tarde del día 26 de abril, el equipo de bomberos pudo localizar el punto donde se había iniciado fuego y apagarlo.

El periódico también informó de que toda la parte superior del edificio se había quemado, dejando destruidas las oficinas de la Administración de Propiedades, Inspección, Catastro urbano, archivos de la Diputación provincial, Gobierno civil, Hacienda y Comandancia de Carabineros.

El Ayuntamiento acordó destinar 5.000 pesetas a suscripción popular en favor de las personas afectadas por la catástrofe y para los gastos de entierro de las víctimas e incluso el obispo costearía solemnes funerales en la Catedral de Málaga. Por último, se acordó confeccionar un presupuesto extraordinario de 250.000 pesetas, para reorganizar el cuerpo de bomberos y adquirir material, así como de construir un mausoleo en el cementerio principal de la ciudad.