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Valle del Escondrijo de las Momias Reales

Valle del Escondrijo de las Momias Reales donde se encuentra esculpida en la roca la efigieC2 Project Royal Cache Wadi Survey / UCM

Descubren la efigie que custodiaba las momias reales de Luxor

Los vestigios fueron encontrados por un equipo de arqueólogos egipcios y españoles en el llamado Valle del Escondrijo de las Momias Reales en Luxor

El equipo conjunto de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) y el Centro de Documentación del Antiguo Egipto del Ministerio de Antigüedades Egipcio (CEDAE) ha sacado a la luz nuevas huellas de actividad humana en lo que se pensaba que era un pequeño valle desierto y vacío, el llamado Valle de la Cachette Real. Las nuevas investigaciones han revelado claras evidencias de culto a lo que parece una efigie monumental tallada en la roca, similar en dimensiones a la esfinge de Giza y que posiblemente ayude a explicar la presencia de las momias reales en ese lugar.

Según ha señalado José Ramón Pérez-Accino, profesor de la UCM, en un comunicado de prensa, se trata de la efigie del guardián de las momias reales de Luxor con unos 20 metros de altura y cuyos restos indican que fue una «destrucción intencionada».

«Es muy posible, con toda la cautela con la puedo hablar, que la destrucción sea cristiana o musulmana. Fue destruida probablemente para evitar el culto de esa efigie», comentó el profesor Pérez-Accino quien está a cargo del C2 Project, un estudio iniciado en 2017 en el Valle de la Cachette Real, conocido como Valle del Escondrijo de las Momias Reales y situado entre el Valle de los Reyes y el templo de Hatshepsut de Deir El Bahari, en la milenaria ciudad egipcia de Luxor, donde fue encontrada esta efigie que tiene una gran similitud con la Esfinge de Giza.

Dicho proyecto internacional hispano-egipcio nace para demostrar que ese pequeño valle tuvo, en un momento dado, un significado especial para los tebanos. «Todo esto se está corroborando», expresó satisfecho Pérez-Accino.

Por último, aunque los especialistas aún no han podido precisar su antigüedad, estiman que es muy posterior a la Esfinge de Giza, que data de unos 5.000 años. «Si cogemos lo que hemos encontrado predinástico, que sería entre el 3.600 y el 3.700 a. C. y la destrucción, que se puede situar en torno al siglo VI o VII, el arco cronológico es enorme. Debo advertir que, por ahora, solo tenemos una evidencia predinástica, solo una. Pero, como digo a la gente de mi equipo, una es el 100 por cien más que no tener ninguna», concluyó.

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