Picotazos de historia
El diamante Imperial, la piedra preciosa que llevó a la ruina al comerciante Jacob
En 1891, adquirió uno de los más famosos diamantes del mundo: el diamante Imperial o Victoria. Una soberbia piedra de 185 quilates, completamente incolora y de casi 40 gramos de peso
Alexander Malcolm Jacob, si de verdad ese era su autentico nombre, fue una figura misteriosa cuya mayor información nos viene de la necrológica publicada en el Times de Bombay en 1921. En 1871 lo tenemos establecido en la ciudad india de Simla, capital de verano de los virreyes ingleses, como comerciante en gemas. Parece que también tenía ciertas virtudes como espía al servicio de los ingleses y otras más extrañas como: devolver el oriente a las perlas muertas, la bilocación (estar en dos sitios al mismo tiempo), etc. Hizo una gran fortuna como comerciante de gemas y vivía en una espléndida mansión, rodeado de todos los lujos, lo que era más extraño, ya que era notoriamente casto hasta el ascetismo, vegetariano, no fumador, abstemio total...
En 1891 adquirió uno de los más famosos diamantes del mundo: el diamante Imperial o Victoria. Una soberbia piedra de 185 quilates, completamente incolora y de casi 40 gramos de peso. El diamante lo ofreció al Nizam de Hyderabad, Mahbub Ali Kan, por cuatro millones de rupias. El Nizam, considerado uno de los hombres más ricos del mundo, pidió que le enviaran la piedra para estudiar la oferta. Pasado un tiempo, Jacob solicitó al Nizam que pagara el importe o le devolviera el diamante, pero el Nizam solo le pagó la mitad, afirmando que ese era el valor que tenía. Jacob inició un proceso contra el Nizam que le llevaría a la ruina. Los tribunales británicos le dieron la razón, pero legalmente no podían obligar al Nizam a devolver la piedra o abonar el resto del dinero. Los demás clientes de Jacob, envalentonados por la sentencia, se negaron a pagar las deudas que tenían y así se encontró marginado, sin clientes, perdiendo el dinero que le debían y haciendo frente a los enormes gastos que le ocasionaron el proceso legal.
El gobierno de la India declaró que la piedra era un tesoro nacional y no podía ser vendido
El diamante estuvo en posesión de la familia del Nizam hasta que en la década de los ochenta del siglo pasado intentaron venderlo. El gobierno de la India actuó rápido. Declaró que la piedra era un tesoro nacional y no podía ser vendido y, tras muchos juicios y pleitos, lo adquirió junto con otras joyas familiares por trece millones de dólares.
El diamante, valorado en más de cien millones de dólares, y conocido hoy como «Diamante Jacob» puede ser admirado en el Museo Salar Jung de Hydebarad. Una ironía que apreciaría el estafado comerciante de joyas.