Justas de pescadores: el violento deporte acuático del antiguo Egipto
Todavía se sigue practicando, pero de una manera más segura y sin el factor sangriento en Francia, Alemania, Suiza, Austria y Bélgica
La violencia no solo se ha usado como herramienta de tortura y asesinatos, sino que también ha servido para entretener al pueblo al igual que como deporte. Las sangrientas peleas de gladiadores de la antigua Roma, el juego de pelota maya, las carreras de carreras de carros en la antigua Grecia o la lucha grecorromana son algunos ejemplos. Pero no habría entretenimientos tan mortales o peligrosos si no hubiese detrás un gentío que vitoreaba y gritaba de alegría y asombro con cada golpe.
En el antiguo Egipto tenían su particular manera de divertirse en forma de justas de pescadores, un deporte que todavía se sigue practicando, pero de una manera más segura y sin el factor sangriento en Francia, Alemania, Suiza, Austria y Bélgica.
Alrededor del 2.800 a. C. estas justas se llevaban a cabo para resolver disputas y conflictos entre particulares y, en ocasiones, de pueblos enteros en las que los hombres luchaban con pértigas con la punta afilada en el extremo y sin protección. Su objetivo era hacer caer al adversario al río Nilo desde sus embarcaciones hechas con juncos de papiro. Los participantes se arriesgaban a sufrir graves heridas provocadas por las lanzas, la caída o los depredadores (cocodrilos e hipopótamos) que acechaban las aguas: una cuestión de vida o muerte.
Este modo de entretenimiento también ha sido documentado a través de representaciones en varios relieves de tumbas del antiguo Egipto. La más famosa es la de Saqqara en la que se muestran dos barcos con un pequeño grupo de hombres a cada lado, algunos de ellos maniobrando el bote y otros usando sus palos para derribar a los oponentes de sus respectivas barcas mientras se mantenían en pie. Sin embargo, algunos dudan de si estos relieves escenificaban las justas de pescadores o un simple conflicto violento. El historiador Allan Gutman escribe en su obra Deportes: los últimos cinco milenios lo siguiente: «No hay duda de la competitividad de un deporte acuático estacional que los especialistas alemanes conocen como Fischertenchen (justas de pescadores)». Líneas más adelante argumenta que lo que muestran las pinturas son «barqueros recogiendo la cosecha del fértil delta del Nilo. Mientras que algunos usan pértigas para impulsar sus botes hacia adelante, otros usan sus pértigas para golpear a los miembros de la tripulación de otros botes, arrojándolos a aguas poco profundas».
De esta manera, el historiador sugiere que esta práctica fue un intercambio competitivo y deportivo impulsado por barqueros y no pescadores para llevar la cosecha, algo esencial para cualquier civilización, pero tuvo que desarrollarse en algún momento una competitividad excesiva en la repartición de los frutos. Más tarde, este deporte pasaría a la antigua Grecia y tras la conquista de Alejandro en el 332 a. C, a los romanos.
Por otro lado, Peter Piccione sugiere un origen completamente diferente. En su obra Deportes y Juegos, Egipto Faraónico explica que observando dos representaciones de las tumbas de las dinastías V y XII, observó que dos equipos de «esquifes de papiro» se atacaban entre sí utilizando palos y remos. El objetivo era volcar la barca sin desencadenar un conflicto violento. Era más bien parte de un ritual fúnebre cuyo propósito era llevar comida a las tumbas: los defensores tratarían de evitar la entrega, mientras que los atacantes intentarían pasar las ofrendas.
Pronto estas justas acuáticas se seguirían practicando a lo largo del tiempo con un tono más lúdico que sangriento. Fue ganando popularidad en Europa hasta quedar arraigado en la cultura local donde a mediados del siglo XVII comenzaron a realizarse estas justas náuticas para inaugurar los puertos marítimos.