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Vista de Singapur ardiendo tras un ataque aéreo a principios de 1942

Vista de Singapur ardiendo tras un ataque aéreo a principios de 1942

Picotazos de historia

Patrick Stanley Vaughan Heenan: de capitán del Ejército Indio Británico a espía al servicio de Japón

Heenan, solicitó un permiso de larga duración que aprovechó para pasar seis meses en Japón. Se cree que, durante ese tiempo, fue instruido en técnicas de espionaje, ya al servicio del Imperio del Sol naciente

El cementerio militar de Kranji, en Singapúr, es el último lugar de descanso para los caídos a lo largo de la batalla y sitio de Singapur del año 1942 y durante la ocupación japonesa de la isla. Tiene 4.461 tumbas de la Segunda Guerra Mundial, de las que 850 pertenecen a soldados no identificados. Hay otras 69 lápidas pertenecientes a caídos durante la Primera Guerra Mundial. El cementerio militar de Kranji está bajo la administración de la Comisión para los cementerios de guerra de la Commonwealth, organismo intergubernamental compuesto por los representantes del Reino Unido, Australia, Nueva Zelanda, India, Canadá y Sudáfrica y que se encarga del registro, archivo, cuidado y mantenimiento de las tumbas y memoriales de los muertos de la Commonwealth, en las dos guerras mundiales y subsiguientes, en todo el mundo.

En 1998 la oficina central de la Comisión recibió una petición por parte de familiares de soldados enterrados en el cementerio de Kranji. En la carta solicitaban que, del monumento conmemorativo del cementerio, se retirase el nombre del capitán Patrick Stanley Vaughan Heenan que había fallecido el 15 de febrero de 1942 (fecha de defunción asignada a todos aquellos miembros de las fuerzas armadas británicas y de la Commonwealth, dados por desaparecidos durante la defensa de la fortaleza de Singapúr). Y es que el capitán Heenan fue un traidor.

Una columna de humo de los tanques de petróleo en llamas en la Base Naval de Singapur

Una columna de humo de los tanques de petróleo en llamas en la Base Naval de SingapurAustralian War Memorial / Wikimedia Commons

Destinado en el Indian Army Service Corps, unidad encargada del transporte, suministro y distribución de todo lo necesario para el mantenimiento de la tropa, excepto el amunicionamiento, del ejército de la India. Tradicionalmente era el lugar de recalada de los oficiales que no encajaban en regimientos más activos. En 1938, Heenan, solicitó un permiso de larga duración que aprovechó para pasar seis meses en Japón. Se cree que, durante ese tiempo, fue instruido en técnicas de espionaje, ya al servicio del Imperio del Sol naciente.

Los pilotos japoneses siempre parecían saber los códigos de identificación usados por los pilotos británicos

En 1941 lo transfirieron a la unidad de enlace entre el ejército y las fuerzas aéreas y lo destinaron en la fortaleza de Singapur. Durante los combates que se desarrollaron en la campaña de Malaya, llamó la atención que los pilotos japoneses siempre parecían saber los códigos de identificación usados por los pilotos británicos. Y eso que se cambiaban cada 24 horas.

El 10 de diciembre se procedió a un registro del alojamiento del capitán Heenan. Hacía tiempo que había levantado sospechas por su comportamiento durante los ataques aéreos (desapareciendo y dando vagas explicaciones de donde había estado o qué había estado haciendo). En el registro se encontró una radio emisora, todavía caliente, y un transmisor de código morse con tablero alfanumérico, disimulado como si fuera una máquina de escribir.

Heenan se adjuntó al escuadrón en Alor Star a fines de 1941

Heenan se adjuntó al escuadrón en Alor Star a fines de 1941

Heenan fue arrestado y juzgado por el delito de traición en enero de 1942. No se encontraron –debieron perderse durante el saqueo y posterior ocupación– los documentos de su consejo de guerra, pero solo había una pena para tal delito en tiempo de guerra: la muerte. Pendiente de la ejecución de su sentencia, permaneció en prisión.

Por testimonios de supervivientes se sabe que, durante los últimos días del asedio, la actitud del prisionero se fue transformando. Se volvió cada vez más arrogante y jactancioso, burlándose de sus carceleros que pronto pasarían a ser prisioneros de los japoneses. El día 13 de febrero la policía militar decidió tomar el asunto. Heenan fue sacado de su celda y le llevaron hasta el muelle de Keppel Harbour. Allí, sin ningún miramiento, se le pegó un tiro y se arrojó su cadáver al mar.

Aunque no existe documentación de la investigación, detención y juicio del capitán Heeman, no hay duda alguna –gracias a los testimonios de supervivientes– de los sucesos que les he contado. Cierto que el daño que causó fue limitado pero su actuación fue responsable de la destrucción de varios aviones británicos y de la muerte de sus compatriotas. El nombre del capitán Heenan fue borrado del memorial a los caídos en Singapúr.

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