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Primera jura de bandera de La Legión, con Franco y Valenzuela

Primera jura de bandera de La Legión, con Franco y Valenzuela

100 años

La muerte que cambió la Historia de España: el teniente coronel Valenzuela, jefe de La Legión

El 5 de junio de 1923, hace ahora cien años, el teniente coronel Valenzuela fue herido mortalmente cuando avanzaba al frente de sus tropas en las operaciones para socorrer la posición de Tizzi-Azza

Rafael de Valenzuela Urzaiz había nacido el 23 de julio de 1881 en Zaragoza, ciudad en la que cursó sus estudios primarios y de bachillerato. Antes de cumplir los 16 años ingresó en la Academia de Infantería de Toledo y en febrero de 1909 era capitán.

Teniente Coronel Rafael de Valenzuela y Urzaiz

Teniente Coronel Rafael de Valenzuela y Urzaiz

En esta primera época como militar, sirvió en los batallones de cazadores de «Llerena» y «Talavera» y tomó parte en numerosas acciones de guerra en el Protectorado español. Por su valor y arrojo fue recompensado con la Cruz al Mérito Militar con distintivo rojo y la Cruz de 1.ª Clase del Mérito Militar con distintivo rojo. En junio de 1913 fue ascendido a comandante y el empleo de teniente coronel lo obtuvo en octubre de 1919. En estas fechas estaba destinado en la península.

A finales de 1921 decide marchar voluntario para participar en la Guerra del Rif y se le asigna el mando de dos batallones de cazadores. En septiembre de 1922 recibe el encargo de organizar un Grupo de Fuerzas Regulares Indígenas, que tomó la denominación «Alhucemas» n.º 5. Pero su mando sobre esta unidad iba a ser muy breve, ya que el 2 de diciembre de 1922 se pone al frente del Tercio de Extranjeros, La Legión que conocemos hoy en día, sucediendo al ilustre teniente coronel José Millán Astray.

La posición de Tizzi-Azza

Poco después de los luctuosos sucesos del verano de 1921 en Annual, el Ejército español había comenzado la reconquista del territorio perdido. Bajo la dirección de general Berenguer, el 17 de septiembre se entraba en Nador, el 5 de octubre el Tercio de Extranjeros, vanguardia de la brigada Sanjurjo, tomaba las lomas de Atlaten, para el día 10 reponer la bandera española en el Gurugú, el 14 se recuperaba Zeluán y el día 24 el Monte Arruit. En diciembre se cruzaba el río Kert y el 10 de enero se volvió a tomar la posición de Druis. De esta forma, el Ejército había restablecido en el Protectorado español la situación previa a julio de 1921.

A finales de octubre de 1922 se llevó a cabo una operación, no exenta de numerosos problemas y dificultades, para ocupar Tafersit, Buhafora y Tizzi-Azza. Esta última posición, a algo menos de 100 kilómetros de Melilla, estaba situada en el interior de un territorio controlado por una cabila que no había sido sometida. Se trataba de un collado con un importante valor estratégico.

Durante los últimos días del mes de mayo y los primeros de junio de 1923, las posiciones avanzadas españolas alrededor de Tizzi-Azza estaban siendo atacadas de forma constante por miles de rifeños. Varias columnas de socorro luchaban de forma denodada por prestar a los defensores los auxilios que precisaban imperiosamente. Sin embargo, la agreste orografía se aliaba con los sitiadores, lo que hacía que el número de bajas entre las filas españolas creciese de forma incesante. La situación de la posición de Tizzi-Azza era crítica.

¡Legionarios a luchar! ¡Legionarios a morir!

Valenzuela había llegado durante la tarde del 4 de junio a Tarfesit mandando las banderas I, II y IV del Tercio de Extranjeros, integradas en la columna del coronel Gómez Morato. Antes de la salida del sol del 5 de junio las fuerzas españolas comenzaron su avance. Éste se vio abruptamente detenido en el barranco de Loma Roja. La tenaz resistencia de los rifeños estaba diezmando los efectivos españoles.

En esta delicadísima situación, el teniente coronel Valenzuela arengó a sus legionarios y, dando vivas a España, el Rey y La Legión, se lanzó al asalto pistola en mano. Tras unos breves instantes, cuando más intenso era el fuego, una ráfaga enemiga batió la cresta en la que se encontraba el jefe del Tercio. Cayó fulminado tras recibir cinco balazos. Había hecho honor al Credo legionario.

El ímpetu con el que atacaron los legionarios junto con el empuje de los Regulares obligó al enemigo a retirarse. El convoy de socorro, tras muy duros combates, entró finalmente en la posición de Tizzi-Azza. Los rifeños, que superaban a las tropas españolas en número, habían sido derrotados, aunque a cambio de casi doscientos muertos y más de trescientos heridos. El cadáver del teniente coronel Valenzuela no se pudo recoger hasta el 7 de junio.

En nuestros días la VII Bandera “Valenzuela” pertenece al Tercio “Don Juan de Austria”, 3.º de La Legión, encuadrado en la Brigada “Rey Alfonso XIII”

En nuestros días la VII Bandera «Valenzuela» pertenece al Tercio «Don Juan de Austria», 3.º de La Legión, encuadrado en la Brigada «Rey Alfonso XIII»Ejército de Tierra

Reconocimientos póstumos

Sus restos mortales fueron inhumados en la Basílica de Nuestra Señora del Pilar, en su ciudad natal. Antes, al llegar a Melilla, se le había impuesto la Medalla Militar Individual. El Rey Alfonso XIII le concedió el título nobiliario de Marqués de Valenzuela de Tahuarda, denominación topográfica del lugar en el que cayó abatido. Además, los monarcas españoles apadrinaron a su hija póstuma. El 1 de enero de 1925 fue fundada la VII Bandera, que tomó la denominación «Valenzuela».

El siguiente Jefe del Tercio de Extranjeros sería Francisco Franco Bahamonde, quien había sido recientemente ascendido a teniente coronel. La muerte de Valenzuela sin duda cambió el curso de la Historia de España.

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