Cuando los reyes de Aragón no quisieron ser menos que los castellanos: la creación del ducado de Gerona
El 21 de enero de 1351, el Rey de Aragón Pedro 'el Ceremonioso' creó para su primer hijo, el infante don Juan, el título y señorío de duque de Gerona, adscribiéndose a partir de entonces a los primogénitos de sus reinos
Si en 1301 Eduardo I de Inglaterra había creado el título de Príncipe de Gales y, en 1343, el Rey de Francia había identificado a su heredero con el título de Delfín, el 21 de enero de 1351, el Rey de Aragón Pedro 'el Ceremonioso' creó para su primer hijo, el infante don Juan, el título y señorío de duque de Gerona, adscribiéndose a partir de entonces a los primogénitos de sus reinos. Asignaba no solo una distinción protocolaria, sino unas rentas, así como un rango definido en la línea de sucesión al trono, para evitar las intrigas y disputas por el trono tan familiares en la Alta Edad Media europea.
Pedro 'el Ceremonioso' tuvo el afán de consolidar la soberanía regia, otorgando prestigio y afirmando, al mismo tiempo, la institución que representaba. Y es que, desde la unión personal del reino de Aragón y el condado de Barcelona en 1137 por el matrimonio de la aragonesa Petronila y el catalán Ramón Berenguer IV, no había existido ningún título que identificase claramente al heredero de la corona. Además, los hijos de los monarcas medievales podían deshacer las uniones territoriales repartiéndose los reinos, de tal manera que debilitaban el poder real frente a la nobleza feudal. Eso se evitó durante el siglo XIV al vincularse rentas y títulos a los príncipes o princesas herederas.
¿Por qué duque de Gerona? Debe tenerse en cuenta que, junto a Barcelona, esa ciudad era una de las más importantes de los antiguos condados carolingios
¿Por qué duque de Gerona? Debe tenerse en cuenta que, junto a Barcelona, esa ciudad era una de las más importantes de los antiguos condados carolingios. Gerona formó parte de la Marca de Septimania, conocida como «Marca Hispánica». El condado gerundense, junto a los de Barcelona y Osona, formó el tronco básico del patrimonio de la casa condal de Barcelona, al que se fueron añadiendo los restantes territorios y jurisdicciones que, conforme pasaron los siglos medievales, formaron Cataluña. La denominación de condado de Gerona sobrevivió hasta el siglo XIII, en que fue sustituida por el de veguería de Gerona.
El ducado de Gerona, a partir de 1351, estuvo formado por la ciudad y varias poblaciones como Manresa, Vic, Besalú, Berga, Santpedor, Camprodón, Castellfollit, Figueras, el vizcondado de Bas, así como por los castillos, villas y lugares que dependían de sus vicarías, bailías y procuraciones.
Otros títulos
El 28 de enero de 1363, en las Cortes celebradas en Monzón –en plena guerra con Pedro I de Castilla–, el Rey de Aragón nombro a su hijo don Juan como lugarteniente general de sus reinos y tierras. Ese fue otro título que ostentaron los herederos de la Corona de Aragón, así como el de procurador general del reino, en ocasiones de gravedad y para evitar guerras civiles o conspiraciones que amenazaran la unidad de territorios y la sucesión de la Corona. Otros títulos como los de conde de Cervera, duque de Montblanc y señor de Balaguer se fueron añadiendo posteriormente a los herederos de la Corona.
El condado de Cervera fue también unido por Pedro el Ceremonioso a primeros de marzo de 1351, dos meses después del ducado de Gerona, con el objetivo de obtener el acatamiento forma de un poderoso señor feudal, el vizconde de Cardona, así como de discutir ámbitos de capacidad jurisdiccional con el conde de Urgell. El título de duque de Montblanc fue creado en 1387 por Juan I para su hermano el infante Martín, que reinaría como Martín I el Humano
Los reyes aragoneses no quisieron ser menos que los castellanos con sus príncipes de Asturias
El ducado de Gerona se convirtió en principado por orden de Fernando I de Antequera en 1416, poco antes de morir, en favor de su primogénito Alfonso que sería conocido por 'El Magnánimo'. La causa de esa transformación se encuentra en la panorámica europea y peninsular, ya que todos los herederos eran príncipes y, desde luego, los reyes aragoneses no quisieron ser menos que los castellanos con sus príncipes de Asturias. De esa manera, la rama aragonesa de la dinastía de los Trastámara se igualó a la castellana. Y, poco antes de morir, Fernando I concedió la ciudad de Balaguer, en Urgell, como señorío a su hijo segundo, el futuro Juan II de Aragón, uniendo ese título a los herederos desde entonces.
A partir del siglo XVI, bajo la dinastía de la Casa de Austria, sus herederos utilizaron los títulos de la Corona de Aragón pero, tras la guerra de Sucesión (1701-1714), los Borbones primaron el de príncipe de Asturias hasta el reinado de Juan Carlos I en que se volvieron a utilizar más en las ceremonias públicas y en la identificación oficial del heredero de la Corona de España, como ocurre en la actualidad.
Precisamente, la fundación Princesa de Girona, creada en 2009, ha potenciado el título en los medios de comunicación y en la vida catalana. Sus objetivos aspiran a conseguir ser una ayuda en todos los aspectos críticos del desarrollo de la juventud y un respaldo para superar las barreras que los jóvenes encuentran en su incorporación a la sociedad y en beneficio de esta. A la vez, se encuentra comprometida en promover los valores sociales y humanos tan importantes hoy en día, en un mundo cambiante.