La guerra de Yom Kippur que explica el presente violento del conflicto árabe-israelí
El ataque de Egipto y Siria contra Israel de 1973 tenía como objetivo recuperar la tierra perdida en guerra de los seis días de 1967
Justo cuando se cumplen 50 años de la guerra de Yom Kippur (Día del Perdón), las alarmas volvieron a sonar en las principales ciudades de Israel tras el violento ataque terrorista de Hamás. Cinco siglos antes, en 1973, los ejércitos egipcio y sirio lanzaron un ataque simultaneo sobre los territorios del Sinaí y los Altos del Golán, que se había anexionado el Estado de Israel seis años antes. Aquel panorama de guerra total poco tiene que ver con el ataque con misiles, los asesinatos de civiles y los secuestros que ha perpetrado el grupo terrorista Hamás sobre territorio israelí estos últimos cuatro días. Lo que está claro es que en ambos casos supuso una sorpresa inicial para los defensores israelíes y hubo un falló de seguridad entonces, que se repite ahora.
Ante tal agresión, el primer ministro Benjamín Netanyahu declaró el estado de guerra en todo el país, igual que hizo en su momento Golda Meir. En 1973 Israel tuvo que defenderse en dos frentes diferentes. A primera hora de la tarde del seis de octubre, los cazas soviéticos del ejército sirio de Háfer al-Ásad bombardearon las unidades hebreas desplegadas en los Altos del Golán, mientras las fuerzas egipcias atravesaron el Canal de Suez e iniciaron la invasión de la península del Sinaí con más de 1700 piezas de artillería, 500 carros de combate T-55 y 8.000 hombres, frente a 600 israelíes que defendían la Línea Bar Lev.
Para hacer frente a ambos escenarios el gobierno hebreo movilizó a todos los reservistas, una estrategia de defensa que también han utilizado ahora con la movilización de 300.000 militares en la reserva, lo que permitió un cambio en el trascurso de la guerra. Sin embargo, la parte más cruenta del conflicto sucedió en los Altos del Golán, donde se produjo la batalla de tanques más grande desde la Segunda Guerra Mundial. Los israelíes habían tenido ya algún combate aislado con los sirios en los últimos meses, pero esto era diferente. Sus 180 carros Sherman y 6.000 soldados debían hacer frente a un ejército sirio que contaba con 50.000 personas y 1200 carros de combate T-65 y T-62. A esto había que añadir la incesante lluvia de artillería en ambos frentes. Entonces Israel no contaba con la potente Cúpula de Hierro, el escudo antimisiles que neutraliza cualquier amenaza aérea, y el resto de las tecnologías armamentísticas que lo han convertido en uno de los países con mejores defensas del mundo.
Israel, como ahora, contó con el apoyo incondicional de Estados Unidos. Por su lado, en plena Guerra Fría, los países árabes como Egipto o Siria tenían armamento y vehículos soviéticos. Esta guerra entre fuerzas armadas regulares árabes e israelíes terminó el 11 de noviembre de 1973, tras la firma de un primer acuerdo entre Egipto e Israel. En poco mas de un mes murieron casi 3.000 israelíes y unos 8.000 egipcios y sirios (contando también los fallecidos de los países que apoyaron la operación: Argelia, Jordania, Irak, etc.). Teniendo en cuenta estas cifras, en esta nueva guerra que desató Hamás el pasado sábado 7 de octubre, se han contabilizado en los primeros tres días 1.200 muertos, según fuentes médicas que recoge la agencia Associated Press.
Hace 50 años la mayoría de las bajas fueron militares, en este caso son civiles, la mayoría palestinos e israelíes que viven desde hace décadas envueltos en un conflicto que está muy lejos de encontrar la paz entre las dos partes implicadas. Lo que fue una guerra tradicional se trasformó en un conflicto totalmente diferente. Muchos de los grupos políticos y organizaciones palestinas pasaron de reivindicar derechos sociales y libertades del pueblo palestino a convertirse en organizaciones criminales que realizaban actividades violentas e ilegales, o que están consideradas grupos terroristas por algunos países como Estados Unidos. Entre ellos, la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) o el Movimiento Nacional de Liberación Palestino (Fatah).
En 1993 la OLP, que lideraba el movimiento palestino, pactó con Israel los acuerdos de Oslo, una serie de propuestas y compromisos para la pacificación de la región. Sin embargo, el grupo que ha conseguido establecerse en la Franja de Gaza desde entonces es el Movimiento de Resistencia Islámica, más conocido por sus siglas como Hamás. En 2006 se hizo con el poder en unas elecciones, que acabaron en un enfrentamiento armado con Fatah por el control del territorio, que controla Hamás desde entonces. Tras diez años de relativa tranquilidad en la región, la nueva guerra acaba con cualquier futuro y recuerda situaciones similares del pasado.